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Vida Sana

¿Ya para qué?

26 junio, 2017

¿Te ha pasado últimamente que desconoces tu cuerpo ? ¿ Que cuando despiertas sientes como si te lo hubieran cambiado durante la noche?

A mi si. Algunas veces siento que ya no es el mismo de hace veinte años (obvio que no lo es ) y que necesito darle mantenimiento más seguido para que esté en condiciones aceptables.

Esos días cuando no quiero comer sanamente o me da flojera hacer ejercicio echo a volar mi imaginación (nunca he batallado mucho para hacer esto).

Sueño que vivo en el año 2321 y que puedes ir a una tienda y cambiar fácilmente de cuerpo.

¡ Que maravilloso sería cambiar de equipo !  Si pudiéramos rentar uno más nuevo con menos desgaste que el nuestro.

Imagínense si tuviéramos la posibilidad de decir un día:

” Este cuerpo que tengo ya no me sirve, por abusar de los dulces tengo todas las muelas picadas, los carbohidratos me sumieron en este sobre peso, los medicamentos controlados me dejaron con más males de los que tenía, el alcohol me marchito la piel, etc. y ya no me gusta. ” 

“Es hora de buscarme uno nuevo” .  ¡Ah! Lo que no haría yo con este colmillo y un cuerpo de 20 ja,ja,ja.

 

Pero ya dejándonos de bromas, hablando en serio y aterrizando la idea, tal vez dentro de 250 años los que estén en este mundo podrán hacerlo, pero eso no lo verán nuestros ojos y como no lo veremos en esta vida, hay que cuidar el equipo que tenemos.

 

Por eso no deja de sorprenderme que cada vez que digo que estoy a dieta, que tengo que ir a correr o que tomo antioxidantes, algunas de mis amigas preguntan: 

¿Ya para qué?

Cada vez que escucho esta pregunta me viene otra pregunta a la mente

¿Cómo que para qué?

Como respuesta se me ocurren mil cosas pero les compartiré solo algunas, aquellas que para mí son las más importantes.  

PARA QUE:
  • No tengas que depender de alguien.
  • Tengas mejor calidad de vida.
  • Puedas viajar unos 20 años más.
  • Te sientas bien.
  • Te veas bien.
  • Goces de buena salud.
  • No gastes en doctores y medicamentos.
  • No seas una carga para los hijos.
  • Seas independiente y autosuficiente al menos 30 años más.
  • Des ejemplo a aquellas mujeres (sobrinas, hijas, primas, hermanas,amigas ) que son más jóvenes y que vienen detrás de ti.
  • Que demuestres que se puede tener un estilo de vida saludable a cualquier edad.
Bueeeeeno la lista es interminable y no las quiero aburrir, el punto aquí es que tenemos la obligación de estar en plena forma por nosotras mismas y por nadie más. 

 

Acabemos ya con ese discurso (tan gastado) que dice que se tiene que estar sano y en forma sólo si se está en busca de pareja o intentando conservar la que tenemos.

Algunas amigas mías me han dicho que a esta edad, el único acontecimiento que esperan con verdadera ilusión es la llegada de los nietos (no es invento pues me lo han confesado)  ¡Están ansiosas de que llegue ese día!, cuando pienso en ello me vienen a la mente un par de respuestas más.

  • Para que puedas llevártelos de vacaciones y nadar en la playa con ellos.
  • Para que puedas perseguirlos cuando se agarren corriendo en un centro comercial.  
  • Para que puedas divertirte al llevarlos a un parque o a una feria y no mueras en el intento.

¡Animo! recordemos que vamos a la mitad del camino y todavía hay mucho por recorrer

 

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Fotografía: PEXELS



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Vida Sana

Como recargar mi cuerpo de energía

16 enero, 2017

¿Traes cargador? ¿Alguien trae una pila? Hoy en día escuchamos esto en todas partes, nadie quiere quedarse sin batería, nadie es feliz con el 10% de pila, al menos no a mitad del día.

Cuando veo lo fácil que es recargar un celular o cualquier gadget pienso en lo maravilloso que sería si así de sencillo pudiéramos recargar batería nosotros, esa energía que todos necesitamos para operar en nuestro día a día.

Yo sé que traigo como un diez por ciento de pila, cuando ya no tengo ánimo para hacer muchas cosas que suelo hacer sin ningún problema.

No siento ánimo a la hora de levantarme y tampoco a la hora de hacer ejercicio, no tengo ganas de ir al súper y si tengo una reunión, la pienso dos veces antes de decidirme a ir, entonces sé que ya traigo ando casi en ceros.

Sorpresivamente cuando hago lo que me gusta no me siento fatigada en lo más mínimo, cuando viajo por ejemplo soy incansable, también cuando voy a una tienda (cualquiera menos la de abarrotes) y cuando veo algún espectáculo callejero –street performance- puedo pasar horas enteras de pie, no me canso, entonces he llegado a suponer que no es una cuestión de agotamiento físico si no mental.

Me gusta compararme con los juguetes de antes, cuando se les iba terminando la batería empezaban a hacer todo en cámara lenta, y digo los de antes porque los de hoy dejan de funcionar de un momento a otro, así, sin avisar, sin darte tiempo de ir a comprar pilas nuevas, un día decides prenderlos y ya están muertos.

Así estoy yo a veces, como los juguetes de mi época, empiezo a alentar el paso en todos los sentidos, hasta que llega el día en que ya no quiero funcionar más.

En este punto siempre me pregunto:

¿Qué puedo hacer para recargar mi cuerpo de energía?

A mi me funcionan varias cosas, una es cambiar un poco la rutina y la otra es aplicar la terapia de shock y hacer algo completamente ajeno a lo que hago normalmente, puede ser tomar una clase de meditación guiada si eres de las que siempre hace ejercicio de alto impacto.

Puedes darte un baño de burbujas, de esos que duran horas. Si no lo acostumbras, porque en tu casa no hay tina de baño, puedes irte a un hotel todo un día, yo lo he hecho porque pagas lo mismo o incluso un poco menos que por un día en el spa. Me llevo mi música, una vela aromática, un buen libro (o puedes llevar tu vino) y a descansar se ha dicho.  

Otra opción  es tomarte unas mini vacaciones de fin de semana, hacer ese alto justo en medio del camino y tomar un respiro para seguir andando.

Muy frecuentemente se nos olvida que no somos el resultado de una simple ecuación, si, es verdad que necesitamos comida y sueño para alimentar al cuerpo, pero la mente y el espíritu necesitan mantenimiento también.

La mayoría de las veces de conectar el estuche al cargador, queremos darle mantenimiento sólo a el cuerpo, a lo de afuera pero nos olvidamos de lo que esta dentro.

Hay estudios que demuestran que el estrés crónico pueden provocar insomnio, depresión y ataques de ansiedad.

Nos olvidamos de la mente y del espíritu, porque no se ven y que es por mucho, lo mas valioso que tenemos.

Y tú ¿cómo recargas tu batería?

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