Ahí viene ya la primavera y con ella la época de bautizos, primeras comuniones y despedidas de soltera, que son a las que más se nos solicita en esta etapa de nuestras vidas.
Yo todavía no he sido anfitriona de una despedida, pero ya he ido a muchas y he visto a mis amigas partirse la cabeza a la hora de decidir qué dar de recuerdito.
Como es normal, quieren darle gusto a todas y esa es la manera más fácil de no darle gusto a nadie, todo es que empiecen a preguntarle a las befas para que éstas las abrumen con opiniones encontradas.
La historia de la anfitriona bien intencionada casi siempre termina igual:
La misma interrogante dentro de la cabeza y de pilón un dolor de cabeza.
No se porque se preocupan tanto, si finalmente todos los regalos son bienvenidos.
Obviamente no voy a negar que algunos me han caído como anillo al dedo.
Y otros, como es normal no han sido muy útiles para mi, pero eso es inevitable pues todas tenemos estilos de vida muy diferentes.
Así que mientras a la corredora un termo le puede parecer oro molido, a la que no toma agua ni amarrada, le parecerá un regalo equis.
Es por esto que en este post voy a mencionar a los que yo les he dado mucha batería y que conste que he usado todos lo que me han dado.
Todos los detallitos que he recibido desde las típicas cremas para el cuerpo hasta las plantitas de ornato, sirven, pero a estos de verdad que les he sacado sangre de tanto uso que les doy.
Aquí les enumero los cuatro que según yo, se llevan el premio por grado de utilidad
Tarjetas personalizadas. Este se ganó el premio y no me acuerdo quién me lo dio. Un sobre blanco con mi nombre impreso en una letra discreta y elegante punto.
Y aunque yo soy barroca y escandalosa por naturaleza y mis tarjetas se parecen a mi, las usé porque las tuyas siempre se terminarán acabando y a nadie le estorba ahorrar dinero en eso.
Pila para el celular. La pila merece la medalla a la novedad ¿Quién no tiene celular hoy en día? Y si la mandas grabar con el nombre de tu amiga, bueeeeeeno te aseguro el Oscar al mejor regalo el año
Facial. Mi amiga (n.f.) nos regaló un jabón, una crema y un vale por un facial de 15 minutos en L’Occitane. Amé este regalo, lo disfruté como enana y contrario a lo que se crea, no me sentí presionada a comprar una vez que fui a la tienda a realizarme mi facial.
Manita para anillos. Esta me cayó de perlas porque me encanta colgarme hasta el molcajete, y como tengo muchos anillos, siempre me hacen falta dedos ya sean reales o de pewter como los de esta mano. Gracias (m.g)
Y como ésta lista era muy corta, hice una pequeña investigación de campo y les pregunté a mis amigas cuál era el mejor regalito de despedida que les habían dado.
Aquí les comparto las respuestas que son pocas porque muchas se repetían.
Cosmetiquera: ¿Qué mujer no se maquilla? Por esta sencilla razón ésta también es muy útil, pues yo creo tal vez el dos porciento de las mexicanas no usa maquillaje.
Además a esta edad si no usamos maquillaje, deberíamos traer una cosmetiquera con bloqueador para la cara y otro para los labios como mínimo.
Vela aromática. ¿Quién no tiene una de estas en el baño de visitas? Tooooodo el mundo las usa, en el baño, en la oficina, si fumas, si cocinas, etc.
Perfumero para la bolsa. ¿Qué mujer no usa perfume? Este mini frasco con atomizador es súper útil pues te aseguro que el cien por ciento de tus invitadas usan perfume.
Bolsa de viaje para meter zapatos / ropa sucia. ¿Quién no viaja de vez en cuando? Este regalo también es casi imposible de dejar sin usar. Todo mundo viaja, incluso hasta las que no les gusta, de vez en cuando tienen que hacerlo.
Y bueno aunque no les haya descubierto el hilo negro, el estrés que llega con los preparativos de una boda muchas veces bloquea la iluminación y nos deja la mente en blanco.
La otra es que como somos generaciones, andamos todas en las mismas, y no quieres copiarte y dar lo que acaba de regalar la amiga, prima, compañera de colegio, etc.
Espero que este mini post les sirva de inspiración y les ayude a quebrarse menos el coco.
Y recuerden, caaaalma con los preparativos y que la boda sea siempre motivo de celebración y no de preocupación.
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