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febrero 2023

Moda

Vestidos de noche para “ñoras”…como yo.

23 febrero, 2023

Ahora que llegué a la madurez y hace rato dejé de andar de night club en night club (¿recuerdan esa término?) …extraño producirme y salir por la noche echando tiros

Siento que eso de andarte arreglando sólo por ser finde, es algo que viví hace tanto, que a veces, pareciera que fue en otra vida.

Salir todos los viernes y sábados es algo que quedó muy atrás, y como hace mucho que abandoné esa práctica, cuando recibo la invitación a una boda u otro eventAXO, me emociono al grado de sentir, que la festejada soy yo.

Como anticipo que voy a pasar el día embelleciéndome …desde que despierto ando de buenas.

Llegado el día, me embarga el gozo de hacerme manicure, pedicure, un masaje facial y luego seguirle con el maquillaje y el peinado…bueeeeeno que te puedo decir, para mí es la dicha total.

Me siento artista de Hollywood

Y hasta aquí todo va muy bien, pero la felicidad que llega con la invitación, se ve empañada por el hecho de anticipar la angustia de encontrar el vestido.

Aquí, se pone feo el asunto, porque la mayoría de los vestidos de hoy o son para jovencitas o para ancianitas.

No me hallo en ningún estilo “de señora” y tampoco me veo en los estilos “de chamaca”.

Ya no quiero andar embarrada con telas stretch, porque mi panza no es la tabla de surf que era a mis veinte…

Tampoco puedo ponerme un vestido con la cintura marcada, porque tendría que tener cintura y está medio difícil.

Por si fuera poco, a este fenómeno, hay que agregarle que ahora le saco la vuelta a los escotes, aberturas en falda, tirantes, transparencias y demás.

Tampoco quiero enseñar pierna, espalda y brazo; Además presiento que en pocas horas, voy a querer taparme hasta el cuello.

Y aunque no es moralina, los años me han instalado en una especie de liga de la decencia, y como en esas ando, pocos vestidos llenan las directrices.

Ya estoy como estaba mi mamá; Recuerdo que cuando llegó a mi edad y dejó de enseñar, renegaba y decía que iba a salir en traje de buzo…

 

 

 

Pero bueno, por el otro lado tampoco me gustan (todavía) los boleritos, la capita que no cubre ni m…, la falda larga y curra, el coordinado de falda/ saco o las mangas con vuelos de gasa.

Y estando así la cosa, sufro porque no me siento de aquí ni de allá, queriendo renovar mi estilo, pero no encontrando uno que me represente.

Así que si andas igual caaaaalma, que no todo está perdido, por que hay dos tipos de vestidos que le quedan a todo el mundo y son los que te voy a dejar aquí.

Primero viene EL vestido de vestidos, el jefe de jefes que hace que todo se vea en su lugar, el que obra milagros y te esconde lo malo.

 

 

Al mismo tiempo te exalta lo bueno y es por eso que es quasi perfecto.

Te oculta el brazo rechonchis, disimula la cadera, hace que te veas más esbelta por el cruce al frente y te alarga el cuello por el escote en V.

Además si lo vas a mandar confeccionar, a esta fórmula le puedes añadir las mangas de la forma y el largo que más te gusten y la pedrería que te acomode.

El otro vestido que me parece muy favorecedor, es el corte imperio de manga corta o larga; Este que encontré no tiene mangas pero con la manga larga con puño o corta de campana se ve di.vi.no.

 

 

Además ciñe la parte más delgada que tenemos a esta edad, que no es la cintura.

Y si lo vas a hacer a tu gusto, puedes añadirle pedrería en la parte alta que lleva una cinta o fajín.

La verdad después de mucho buscar, siempre termino comprando (o rentando) estos dos estilos, pues últimamente nada más me llena.

Seguiré en la búsqueda del vestido perfecto o de la aceptación, y me entregaré a la que llegue primero.

Mientras tanto, que vivan y no se acaben estos dos estilos, porque seguiré abusando de su amabilidad.

 

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Fotografía: PEXELS

 



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Historias Vida Sana

Sé más viejo

16 febrero, 2023

Hace poco llegó a mi inbox ésta notificación de Adolfo Dominguez y el título llamó tanto mi atención, que sin pensarlo dos veces lo abrí.

No sé como me suscribí, porque no soy cliente, así que es imposible que haya dado mi mail a la hora de pagar.

Tampoco recuerdo haber entrado a la única sucursal que conozco y que estaba ubicada en la terminal A del Aeropuerto de Monterrey; Así que no tengo idea de dónde sacaron mi correo.

Lo que si sé, es que agradezco que me hayan enviado este mail, pues pocas veces recibo “promociones” que resuenen con lo que pienso y siento.

El mensaje y su propuesta, me enamoró tanto, que decidí difundirla en este blog.

Sé más viejo es una frase disruptiva, retadora, matona, y por tanto, creo que deberíamos adoptarla como un mantra.

Sobre todo en este mundo en el que ser más joven es un MUST.

Porque aunque la frase y toda la campaña de marketing esta dirigida al mundo de la moda sustentable, ya que me la pusieron enfrente, quisiera adaptarla a otras cosas.

Repite más piensa menos … se puede aplicar sin duda a la ropa y a todo, si no me crees, te doy los ejemplos.

Repite más amistades de las que conoces y te conocen a fondo, de esas que no te piden que poses o seas de cierta manera.

Repite más lugares que te gustan, aunque pienses que “ya chole” con ese restaurante o esa plaza…

Repite mas comidas que amas, porque a veces nos da cruda moral no salir de lo mismo, pero…¿ si eso mismo nos llena para que buscar más?

Repite más vacaciones en ese destino, porque que ningún otro le llega y por eso mismo está en el número uno de tu lista.

Piensa menos y repite más, también aplica a esa comida que no te harta.

Porque nos pasamos mucho tiempo queriendo innovar, cuando no hay necesidad.

Y ahora si, volviendo a la frase, a la campaña y a la ropa

Aplaudí la iniciativa porque usualmente vemos con malos ojos que nuestra ropa tenga años, experiencia, y “colmillo” como nosotras…y esto en lugar de enorgullecernos, nos avergüenza.

Nos choca repetir outfit y cazamos la ganga para andar estrenando, (a veces) ropa de baja calidad, cuando en realidad lo padre de comprar ropa, es comprar algo que se vea único, regio.

Cuando el cashmere, lana, lino, algodón no se hacen nada y muchas veces se nota mas el paso del tiempo en nosotras, que somos perecederas y no en las telas que duraran por décadas.

Así que compra algo que te distinga, que tenga tu sello personal, que sea tu estilo y no que esté de moda…

Porque en lugar de sentirnos orgullosas de tener prendas de una calidad inmejorable, nos da pena que tengan años en el closet y lo regalamos, para luego comprar algo que no le llega ni a los talones.

Así es, vendemos el Gucci que nos dejó la abuela, para ir a comprarnos el Swatch de moda.

¡Horror!

 

Aparte de esto, el discurso de ser más sustentable me llegó, pues ya es hora de que piense más en el planeta y menos en mi, ya es hora de que otra cosa sea LA prioridad.

También el hecho de que al menos un día de la semana no tenga que pensar en lo que me voy a poner, me pareció refrescante.

La mente también se cansa, así que hay que empezar a reciclar los pensamientos. Wow, maravilloso, confieso que nunca había pensado en eso y la neta, esa idea si la mueve

Al menos un día a la semana no tendré que quebrarme la cabeza, buscando qué ponerme..así tal vez llegue el día en que repita toda la semana y tengas mi uniforme por día.

Pues trabajes o no trabajes fuera de casa, el decidir qué ponerse es una labor física y mental que consume tiempo.

Primero tienes que pensar en lo que te vas a poner, después probarte las cosas para ver si todavía te entran, porque con esta pandemia todooooos aumentamos de peso , luego ver cómo se ven, porque eso de combinar en la cabeza a veces no se ve bien en la vida real.

Y es que con eso de que no quieres repetir, el closet se convierte en un laboratorio en donde hay que estar haciendo experimentos a diario, viendo si esto combina con aquello.

Y bueno, ya que escogiste el atuendo ganador, sigue darle una pasadita con el vapor a todo antes de colgarlo en un perchero, o de perdis un clavo en la pared, para evitar que por la noche se vuelva a arrugar.

Pero espérate, porque ahí no termina el circo, todavía hay que ver con que zapatos queda el nuevo binomio, que nos acabamos de sacar de la manga..y luego ver con que aretitos, collares, pulseras y demás, te lo vas a poner.

Arghhhhh no, que fastidio, mínimo ya te echaste media hora o más de tu vida… y mañana, otra vez.

 

 

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Fotografía. Eva Alanís con TextArt



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¿Qué Leo?

Diez libros perfectos para las mayores de cuarenta

2 febrero, 2023

Ahora que ya soy mayor, de cuatro libros que empiezo, uno me engancha, y después de mucho pensarle me di cuenta que es porque ya no me atraen las historias repletas de chamacos.

Tal vez sea porque empiezo a leer y siento que ya me sé el cuento y la manera en que va terminar o creo que ya pasé por ahí …y sé lo que viene.

Por eso, últimamente cuando el personaje es una chavita que anda organizando su boda, o la recién casada que anda estrenando hogar, me entran unas ganas terribles de bostezar e irme a dormir.

Ya sé que suena feo, pero así es…ni para que negarlo.

Todas las historias con heroínas o villanas de veintitantos, y amigos de la edad, me aburren casi de inmediato.

Ignoro por qué ahora necesito verme reflejada en lo que estoy leyendo, pues antes no era así, yo podía leer de jóvenes o viejos y todo me gustaba, tal vez era el hecho de que con los personajes jóvenes me identificaba, y con los viejos sabía que me iba a identificar tarde o temprano.

En fin…Espero que esto sea una fase y que no vaya a convertirme en un ente tan selectivo a la hora de leer.

Pero bueno, me guste o no, en la actualidad en esas ando… 

Y como no sé si te pasa lo mismo,  te voy a dejar varios libros con protagonistas que ya no se cuecen en el primero hervor, para que te identifiques con todas.

Pero sobre todo para que te des cuenta de que el nido vacío, las infidelidades, la viudez, y demás cosas que trae la madurez, poco a poco se superan.

Y después de un rato, sientes ganas de volver a empezar…

Quiero leer de mujeres de mi edad que se enamoran, emprenden, se aventuran, viajan por el mundo, se divierten, sienten miedo, quieren iniciar proyectos, vuelven a ser estudiantes, se estrenan como abuelas, regresan con sus papás o cuidan de ellos, etc.

Quiero leer libros donde a las mujeres la edad les viene guanga, porque otras cosas importan más y no tienen tiempo de estar pensando en cuántos años tienen.

Pues los años no deben ser impedimento para experimentar, porque no nos hemos muerto todavía.

Aquí seguimos, por tanto tenemos derecho y obligación de hacer lo que hacen los vivos y eso es, hacer de TOCHO MOROCHO.

Pero bueno, basta de rollo y como no apunto en ninguna parte lo que leo, me voy a echar este post de memoria, créanme que me encantaría que esta lista fuera de unos cincuenta libros, pero ahorita nomás me acuerdo de estos. 

Diez libros perfectos para mujeres mayores de cuarenta.

No incluyo reseña porque me saldría este artículo tan largo como un cuento corto…

 

La isla bajo el mar. Isabel Allende. Una esclava que quiere lo imposible, ser libre.

Largo pétalo de mar. Isabel Allende. Una persona que huye de una guerra para caer en otra.

Las largas sombras. Elia Barceló. Amigas de toda la vida, maduras, exitosas, se reúnen después de décadas de no verse.

Por si no te vuelvo a ver. Laura Martínez-Belli. La que regaló al hijo de joven …ay no, que cosa tan hermosa de novela.

El color del silencio. Elia Barceló. La mujer madura que no puede superar la muerte de su hermana.

La vida que se va. Vicente Leñero. La señora mayor contando su vida, bueno sus vidas, porque tuvo muchas, y todas fascinantes. 

La Elegancia del erizo. Muriel Barbery. La señora madura, portera del edificio, que sabe todo de todos y te lo cuenta de una manera suculenta.

A fuego lento. Paula Hawkins. Todas las protagonistas de esta historia tienen sus añitos de edad y sus añitos de resentimiento acumulado ¿Qué podría salir mal?

El arte de que te importe un carajo. Mark Manson. Si ya pasas de los cincuenta o estas a punto de llegar y estás todavía en este punto en el que las tonterías te dejan sin sueño, tienes que leer este libro

Espérame en la última página. Sofía Rhel. La que tiene años con un casado y le cree que se va a separar. La amiga le recomienda una terapia basada en lecturas. BUE.NÍ.SI.MO.

 

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Photo by Vincenzo Malagoli: PEXELS



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