Ignoro si a ti (amiga contemporánea) te pasa lo mismo, y ahora que ves a tus amigos y amigas con cabezas de algodón, sientes que inventaste el refrán “el tiempo vuela”.
Y es que no sé porque, pero cada vez que alguien me pregunta mi edad, por increíble que parezca, todavía batallo para decirla en voz alta y después, creérmela…
Pero lo más triste es que la cosa no para ahí 🙄 y se pone peor cuando pienso que pronto habré de jubilarme, sacar la credencial del INSEN y calificar para los descuentos de adulto mayor.
Cuando llego a ese canal, entro en panic mode porque me doy cuenta que todo eso que siempre vi como algo muy lejano, ya me anda pisando los talones y…
Todo este frenesí en mi cabeza es tan surreal, que literalmente se me transfigura el rostro de incredulidad, porque siento que fue ayer cuando tenía 20 años, era estudiante, y no era una persona mayor.
Ya instalada en la época de la psicodelia, empiezo a ver mi vida como una película filmada en cámara rápida, y pareciera que todo me sucedió de manera fugaz.
Esto (a veces) me provoca angustia, porqué sé que no podré volver a vivir algunas cosas que disfruté mucho…así que cuando la edad me agarra de bajada, prefiero desviar la atención y hago listas de cosas chidas que llegaron con la madurez.
Siempre que pongo este hábito en practica, no puedo evitar sonreír, porque cuando me paseo por Memory Lane alabo el pasado y desdeño el presente.
Y al hacerlo soy injusta, por que se me olvida que hay cosas que me encantan de tener esta edad, y no me harían cambiarla por nada.
Así que en este post te quiero compartir lo que más me gusta de ser una “ruca” por si acaso tú también (a veces), amaneces con el moño aplastado y necesitas de una animadita.
Así que ahí te van …
Lo que menos extraño de ser joven es la edad reproductiva …La visita de mi tía (jaja ¿todavía se usa ese término?), es una cosa que no echo de menos para nada, el tener esa monserga y planear vacaciones, albercadas, citas románticas o hasta vestir de blanco, es algo que no me faltará jamás.
Tampoco extraño las noches sin descanso por tener hijos bebés…El ir a trabajar como un zombie, con el dolor de cabeza típico del que no durmió lo suficiente, es una cosa horrorosa que no me gustaría repetir jamás de los jamases.
Por más que se adore a los hijos, no he conocido una persona que me diga que amaba desvelarse por las noches
El tiempo libre que tengo ahora es algo que me encanta, siento que de pronto volví a ser soltera y la única preocupación que tengo soy yo, el poder dedicarle más tiempo a mis hobbies, a la lectura, a tomar cursos, es algo que echaba mucho de menos y no me daba cuenta cuánto, hasta que lo volví a hacer.
El dinero extra que llega con el nido vacío es otra cosa que no me estorba. Hoy que no tengo que mantener a mis hijas al cien porque ya trabajan, se me ha duplicado el sueldo y este dinero “extra” se traduce en cenas, meriendas, ropa, viajes, etc.
Y por último las piñatas…. Yessssssss. Que delicia descansar de ellas, de los shows, seré el grinch de las fiestas, pero los shows me estresaban…en lugar de divertirme me caía gordo que me pasaran a concursar.
Luego cuando mis hijas concursaban y no ganaban era una tragedia y bueeeno, a fin de cuentas siempre salía alguien llorando de la dichosa piñata, por eso doy gracias al cielo que ya no tengo que irrrrrrrr.
Así que si a ti también de repente el ser mayor te agobia, ¡arriba corazones! pues esas son sólo cinco de mil que te podría contar, pero le voy a parar porque ya habrá oportunidad de seguirle…en otro post…
Por ahora basta de mí y mejor cuéntame ¿qué es lo que menos echas de menos de tus veintes, treintas y cuarentas? ¡Comparte! para eso es el blog.
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Imagen: Pexels.
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