Nunca en mi vida me había cuestionado si los espíritus libres deberían reproducirse hasta que leí El Castillo de cristal de Jeannette Walls.
Antes de leerlo pensaba que todos los seres humanos tenemos el derecho inalienable a tener progenie pero debo admitir que cuando terminé el libro dudé.
Me subí a una montaña rusa emocional desde que empecé hasta que acabé, sentí tristeza, alegría, rabia, admiración, indignación, impotencia, frustración, respeto, lástima, ternura YOU NAME IT.
Esta pareja de aventureros que odiaban la estructura y la rutina (como yo) decidieron vivir su vida como les dio su gana; sin constante alguna.
Me hicieron muy feliz y muy desdichada a la vez.
En la búsqueda de la vida ideal hicieron padecer a sus hijos de todo en pro de su ideología.
No hago reseñas porque me parecen impersonales, prefiero compartir lo que los libros me hicieron sentir o pensar; También me gusta escribir lo que aprendí.
Este libro me hizo sentir de todo y me enseñó que cuando uno no quiere (o no puede) tener responsabilidades, ama vivir como le place y odia tener que rendirle cuentas a alguien, debería de considerar seriamente como una opción de vida andar en solitario.
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