Categorías: Historias

¿Por qué necesitas “ver para creer”?

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Ignoro la razón pero a mi (y apuesto que a ti también) me es más fácil hacer algo cuando veo a alguien más haciéndolo y créanme que no hablo de andar por la vida ni de borrega ni de copycat.

Más bien la cosa se trata de tomar a una persona cercana de modelo a seguir, así cuando veo que mi amiga puede, inmediatamente contemplo la posibilidad de intentarlo yo también.

Esa idea, acción, concepto o tarea deja de parecerme inalcanzable por el simple hecho de ver que una simple mortal igual que yo lo está intentando y ¡logrando!

Como no estudié psicología no puedo ahondar en el tema, yo solo sé que es así y quisiera suponer que si es algo que me sirve también es una buena idea el seguirlo haciendo.

Probablemente es porque te identificas en la otra persona, te proyectas, te demuestra que no es imposible, etc.

Si no me crees, déjame ilustrar el discurso con lo siguiente pues estoy segura que te ha pasado lo mismo que a mi…

Basta ver a una amiga super fit para que me den ganas de ir a correr; Lo mismo me pasa cuando me encuentro con mis amigas que se cuidan mucho la cara.

En ese momento quiero correr a mi casa a ponerme una mascarilla, ir a un spa a hacerme un facial o agendar una cita con el dermátologo 😂.

Y si hablamos de las que siempre están estudiando y superándose es el mismo cuento, sin yo quererlo me “jalan” con su ejemplo y me fuerzan a salir de mi zona de confort.

Y así como las admiro y quiero imitarlas, también ando siempre en la búsqueda de heroínas que me sirvan de ejemplo, heroínas que tengan entre 50 y 60 años.

Las actrices que admiro, las modelos, cantantes, políticas, artistas y demás figuras que me sirven de ejemplo a seguir son ¿casualmente? de mi generación.

Sin darme cuenta me fui ubicando en un lugar que me acomoda pues hasta hace muy poco me sentía como que “en medio”.

Buscaba (pues necesitaba) figuras a quienes tomar de ejemplo y tratar de imitar pero me parecían muy jóvenes o muy mayores.

Tenía la sensación de estar en esa edad horrorosa entre los doce y los catorce años en la que se te empiezan a ver “raros” los zapatos de niña y se te ven más “raros” los zapatos de tacón.

Ewwwwwww que espanto, de sólo recordar esa etapa de mi vida se me pone la piel “chinita”, pues yo si que la sufrí.

Y pues aunque ustedes lo duden hace tiempo me sentía exactamente igual de mal y notaba que no era parte ni de un equipo ni del otro.

Ya no me entraba el traje de joven y sentía que el de mujer madura todavía no se me veía del todo bien. 

Sin notarlo y poco a poco me fui ubicando en el lugar que me corresponde y ahora mis role models en la vida real y en la de mentiras son de mi camada.

Hablando de literatura ando en las mismas y ya no me entretiene leer historias de chavas que andan en busca de el príncipe azul y de anécdotas en donde les dan el anillo de compromiso.

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Si hablamos de shows de televisión y/o de películas me pasa exactamente lo mismo…Quiero personajes de 50 años o más.

Las redes sociales no se salvan pues tampoco quiero seguir cuentas de Instagram en las que se captan imágenes de momentos (o modas) que nada tienen que ver conmigo.

Hasta hace poco solía forzarme a seguir esas influencers para no sentirme “vieja” pero me di cuenta que era contraproducente jajaja pues al verme tan lejana a esa realidad me sentía arcaica, caduca y fuera de contexto.

Como es el rango de edad en el que me encuentro necesito ver mujeres de mi generación para reflejarme en ellas y darme cuenta que si se puede.

Así que es por esto que quiero ver mujeres de mi edad que:

  • Se sientan bien en su propia piel.
  • Estén haciendo cosas que las realizan como personas.
  • Se encuentren contentas con el camino que han tomado.
  • Que lleven un estilo de vida sano para sentirse bien.
  • Que no ven la edad como un impedimento para divertirse.
  • Que quieran seguir aprendiendo cosas nuevas.
  • Que quieran seguir viajando y ver mundo
  • Que quieran inspirar a las demás a alcanzar sus objetivos. etc; etc .

En estos días prefiero leer de la vida interior, de los conflictos, contradicciones, ambiciones, regazones y pasiones de una mujer ya hecha y derecha (o medio chueca) jajaja.

De una que traiga cargando un pasado lleno de hijos, nietos, pérdidas y desencantos, porque eso es lo que soy aunque en el fondo nunca vaya yo a madurar 😂.

Necesito de más, muchas más heroínas de 50 años porque aquí estoy,  ya llegué, aquí me voy a quedar una década, quiero compañía y compañía de la buena.

Si ustedes andan en las mismas déjenme les presento a algunas reales y otras no tan reales que lo mismo las van a inspirar mucho y les van a servir de MODELO A SEGUIR…

Reales. Estas son mis “amigas” aunque ellas no lo sepan. Carmen Anton tiene un blog que se llama Cincuenta y que.  Melanie Kobayashi escribe, dirige y actúa  en su blog llamado Bag and Beret y también leo con frecuencia a Beth Djalali de Style at a Certain Age.

Ellas tres son algunas de las muchas blogeras de mi edad que sigo y aunque desafortunadamente la mayoría de los blogs para mujeres maduras están escritos en inglés, las imágenes no necesitan traducción.

Irreales. Las últimas que he conocido son las protagonistas de los libros Las largas sombras de Elia Barceló, El color del silencio de la misma autora y Patria de Fernando Aramburu.

En este otro post ya les había presentado a estas amigas irreales que también son un ejemplo a seguir.

Espero sinceramente que estos personajes las nutran y les sirvan de compañía e inspiración como a mí, que las acompañen y les hagan esta tarea de vivir la madurez un poco más placentera…

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