Creo que lo último que imaginó Lancòme cuando despidió a Isabella Rossellini por llegar a los cuarenta, es que volvería a contratarla entrada en los sesenta.
Ni quién lo hubiera imaginado ¿verdad?, pero bueno, en aquel entonces, la marca la consideró vieja y declaró que su imagen ya no representaba los estándares de juventud que la firma quería proyectar.
Y era cierto, pues la firma de cosmética siempre se ha caracterizado por tener únicamente modelos jóvenes en sus campañas.
A Isabella Rossellini (según dijo) no le sorprendió la noticia, pues también sus ofertas de trabajo dentro del modelaje y el cine empezaban a decaer.
Vieja a los cuarenta…¡Háganme el favor!
Lo irónico de todo esto es que Lancóme, entre muchas otras marcas, quiere vendernos a todas y ansían quedarse con el dinero de chicas, medianas y grandes.
Mira que chistosos, como diría mi amigo (p.s)… Entonces:
¿Nos quieren o no nos quieren?
¿Somos o no cliente potencial?
¿Merecemos que la firma piense en nosotras al crear su publicidad?
¿Existe la necesidad de representar a nuestra gene dentro de sus campañas?
Creo que todas las firmas de cosméticos deberían de hacerse estas preguntas.
Por que si quieren venderle cremas, cosméticos y perfumes a las “viejitas” que como yo pasamos de los cuarenta, cincuenta, sesenta y más, tendrán que incluirnos en la publicidad.
Somos muchas las que nos sentimos de veinte pues el espíritu nunca envejece y queremos vernos bien el mayor tiempo que se pueda.
Por esta sencilla razón seguimos consumiendo artículos de belleza.
Además tenemos poder de compra y por si lo anterior fuera poco, hoy consumimos más cremas y aceites que antes.
¿Entonces por qué nadie nos representa dentro del sector de la belleza ?
Pues sencillamente porque no lo pedimos…no alzamos la voz y nunca expresamos nuestros deseos, lo de nosotros es quejarnos en voz baja.
Hay que comunicarnos, usar las páginas de servicio al cliente, los buzones que dicen “estamos para servirte”, “nos encanta escucharte” , “contacto”..y exigir modelos de nuestra edad.
Para que cada día más y más mujeres que modelaban sigan trabajando incluso entrada la madurez y no las despidan cuando cumplen 40.
Para que Naomi Campbell, Cindy Crawford, Christy Turlington, Carla Bruni, Linda Evangelista y todas las demás modelos contemporáneas vuelvan a las pasarelas y a las revistas.
Si alguien me va a vender cremas para las arrugas y ropa de señora, quiero que sean ellas y no una modelo que nació en 1998.
Bravo por Isabella, me cae bien, su cara me transporta a aquellas tardes de ocio de mi juventud en las que me paseaba por Salinas y Rocha o Liverpool cuando no había más quehacer.
También me hace recordar mis idas a Mcallen y el frenesí por comprarme en Lancòme su dual powder con estuche cuadrado de espejo gigante y su rimmel hypnose, ah… yo era adicta a esos dos productos.
Y como olvidar su rostro tapizando las paredes en los Duty Free del aeropuerto, y en las páginas de las revistas que devoraba mes tras mes.
Ahora que lo pienso, hace añales que no compro nada de Lancóme y cuando la vi me di cuenta que la extrañaba… seguramente porque me trae puros buenos recuerdos.
Es un gusto tenerla de vuelta, siento que me reencontré con esa conocida que tienes años de no ver y si es que vuelvo a ser clienta de Lancòme, será por ella.
También en la firma están al tanto de esto, saben que somos miles las que nos identificamos con Isabella Rossellini y creo que precisamente por nosotras la volvieron a llamar.
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