Categorías: HistoriasModa

Abrir la boca es la cosa más fácil del mundo.

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Como el título del post sugiere, estoy a punto de hacer fuertes declaraciones y pido perdón si decepciono a más de una; Creo que hay cosas que se tienen que decir aunque nadie las quiera decir.

Si tienen tiempo visitando este blog (hola sister jajaja) se habrán enterado que prometí no comprar ropa durante el mes de septiembre y unirme a la iniciativa de OXFAM de estrenar cada vez menos y reusar cada vez más.

Pero (siempre hay uno) en México septiembre es el mes de la patria y el fin de semana largo tienta año tras año a muchos norteños a irnos de compras a los United States.

Como imaginarán yo soy parte de las masas y un número más en las estadísticas de personas que caen en tentación, agarran carretera durante el puente del 16 de septiembre y cruzan “el charco”.

Y como tal este fin de semana crucé y compré.

Mea Colpa. Mea Colpa.

Y he aquí que vienen las fuertes declaraciones que les prometí al inicio de este post, yo soy muchas cosas y entre ellas reconozco ser como coloquialmente se dice:

  • Puro verbo
  • Puro jarabe de pico
  • Perro que ladra no muerde
  • Dime de que presumes y te diré de que careces
  • De lengua me echo un taco
  • Del dicho al hecho hay mucho trecho

Lo acepto, hablo más de lo que actúo y tooooodas estas frases me pasaron por la cabeza este fin de semana, cuando caí y compré.

En el momento en el que la cajera me entregó el ticket, mis voces internas (porque oigo varias jajaja) se burlaban de mi y me decían a coro:

¡eeeeva es un fraude, eeeeeva es un fraude, eeeeeva es un fraude!

Y fue así que semejando a los patitos del tiro al blanco que hay en todas las ferias, en cuanto salí de la fila me volví a formar y sintiendo un nudo en el estómago regresé lo que acababa de pagar.

Tal como lo están leyendo, me arrepentí de haber faltado a mi palabra y regresé unos loafers de terciopelo gris acero di.vi.nos y una camisa de mezclilla azul petróleo que todavía me tiene suspirando.

Después de pagar esas dos cosas recordé que prometí no comprar ropa nueva por este mes y también recordé que al momento de hacer la promesa pensé que el reto era tan fácil que “me haría los mandados”.

Así que haciendo gala de un valor que reconozco no creía tener, las devolví.

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Bye Bye Babies…

Ni modo, si nos dejan como dice la canción, en otra vida nos encontraremos y tendremos oportunidad de vivir juntos todo lo que en esta vida se nos negó.

Nadie se hubiera enterado que los compré si yo no digo nada, lo hice simplemente para demostrarme una vez más que…

Entre decir una cosa y hacerla hay un abismo.

Confieso que fue un triunfo a medias porque no pude contra esta compulsión, compré otras cosas de cosmética e higiene personal que si quería y al final no pude regresar a Monterrey como Esthelita Nuñez (con las manos vacías).

Por esto mismo y volviendo al reto les quiero recordar que la vida nos tienta y nos tentará siempre a tirar la toalla pero finalmente nosotros somos las jefas y tendremos siempre la última palabra.

Cuando decimos:

  • Que vamos a hacer dieta y pedimos unas alitas.
  • Que ya no vamos a gastar y nos vamos a pasear a Esfera, El Palacio, Galerías, Pueblo Serena y caemos.
  • Que vamos a hacer ejercicio y no nos levantamos temprano a caminar.
  • Que vamos a dejar de fumar, de tomar coca, de hablar mal de los demás, etc. y lo hacemos…

Estamos poniéndonos en segundo lugar y la variable llamada vida se está quedando con la medalla de el primero.

Nuestra voluntad pasa a ser un concepto inexistente y estamos a merced de lo que se presente día a día como una planta o un pobre cachorrito que no tiene poder de decisión.

Este post empezó tratando de lo mucho que me costó no comprar nada este fin de semana largo que fui a Mcallen , pero de pasada tomé inspiración para hablar de lo mucho que nos cuesta cumplir las promesas.

A mi me cuesta muchísimo pasar del dicho al hecho, tanto que he considerado tatuarme la frase “acta non verba” en una muñeca para verla todos los días y a todo momento.

Pero mientras decido si hacérmelo o no, cuéntame si a ti te pasa igual…

¿A ti te cuesta pasar del dicho al hecho? ¿Cómo le haces para forzarte a actuar?

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