La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero, es un libro que quisiera poder recomendar personalmente a todas las viudas del mundo y no sólo a las que son mis amigas.
Porque pienso que cuando te quedas sin tu cómplice por excelencia, la única persona que sabe lo que sientes es la que pasó por ahí y lo último que necesitas es que tu amiga casada o soltera venga y deje caer sobre tus hombros el muy sobado “échale ganas”…
En lugar de eso creo que desearías que todas las viudas de este planeta se manifestaran y vinieran a dejarte un manual que incluyera el paso a paso de cómo hacer todo de ahora en adelante. Cómo hacer exactamente lo mismo de manera diferente.
Quisieras que llegaran hasta la puerta de tu casa y te dieran ejemplos prácticos de: “Así vas a llegar a la reunión de parejas”, “Así vas a hacer un viaje por carretera”, “Así vas a tomarte el café en silencio”…Tal cual, peladito y en la boca.
Por que la tristeza desguanza, te deja lacia y sin ganas de nada…Ni siquiera de pensar.
Aparte aquellas que tuvieron que despedir a sus maridos solas o con escasa compañía gracias a la pandemia padecieron la pérdida y la soledad… les faltó el sabio consejo de la tía, la prima o la vecina que ya se vio en las mismas…
Como si perder a un ser querido fuera cosa de nada, tuvieron que hacerlo sin besos y abrazos de amigos y familia.
Y yo que pensaba “no me gustan los funerales” ¡ya me di cuenta por qué existen!…sin ellos no hay cierre…vuelta de página, punto final.
Supongo que lo decía porque no había necesitado uno, pero ahora que los “prohibieron”, que mi mamá y hermano se fueron sin pena ni gloria, me di cuenta la falta que hacen.
Comprobé que en esos momentos en los que sientes que te golpeó una roca y andas como un zombie, requieres de todo el afecto de familia, amigos y conocidos para mantenerte en pie.
Los brazos que te acunen, manos que te acaricien y labios que te besen pasan a ser algo indispensable…y aún después de que pase ese velorio, por un tiempo agradecerás que otra cabeza piense por ti.
Agradecerás los brazos y las piernas de alguien que si esté conectado con la realidad, para darte de comer, decirte que no estás sola y recordarte que hay que bañarse, vestirse, seguirle…
Pero a veces requerimos que alguien con conocimiento de causa nos diga cómo…
¿Cómo sobrevivir la viudez? ¿Cómo volver a ser la de antes? ¿Cómo retomar el día a día?
Para mi el libro de la ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero es lo que más se parece a esa guía y un poco más.
Yo sentí la lectura (ganadora de un premio) como un trabajo de “comunicación a través del tiempo” en donde Rosa Montero va leyendo el diario de Marie Curie y va descubriendo los sentimientos propios, ya escritos en él.
Los paralelismos que vivieron las dos son tantos que te cuesta creer que son mujeres de épocas y entornos muy diferentes.
Sin embargo lo más importante es que ambas te abren su corazón, te dicen cómo fue para ellas perder al amor de su vida y al leer sus testimonios te irás viendo, oyendo, reconociendo en los pensamientos y sentimientos de las dos.
Y en ese preciso instante, ahí cuando digas “yo también yo también yo también”, descubrirás lo maravilloso que es sentirse acompañada ❤️.
La ridícula idea de no volver a verte AQUÍ y AQUÍ
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