Categorías: Historias

Mi amiga es una queja andando.

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Ahí estábamos las dos frente al hermoso mar pacífico, sentadas en primera fila, y con cocktail en mano mi chérrima y yo admirábamos un atardecer digno del final de una película.

El sol a lo lejos semejaba la cabeza de un gigante que se va sumergiendo lentamente en el agua y ya sólo nos mostraba una parte de su frente.

La brisa nos revolvía el pelo y teníamos ya un look muy parecido al que tienen las pelucas de boda veteranas, esas que ya piden a gritos que las reemplacen por otras menos peloteadas.

La hora, el lugar y el escenario eran perfectos para convertir esa tarde en un recuerdo entrañable que nos pudiera acompañar por el resto de nuestras vidas.

Hacía tiempo que no la veía y tenía hambre de reírme, soñar despierta, recordar amores de juventud y anécdotas de todo aquello que vivimos juntas e inclusive deseaba desahogar una que otra pena que traía en ebullición cual guisado en olla presto.

Sin embargo todos esos deseos se quedaron siendo sólo eso: Deseos

En cuanto nos acomodamos y nos adentramos en nuestro diálogo (x) comenzó a quejarse…

Arghhhhhhhhhhhhh

Quería llorar y me costaba creer que ella fuera a desperdiciar ese momento tan especial quejándose …y créanme que hice lo posible por cambiar de tema en varias ocasiones pero nada funcionó.

Las frases “Ya no pienses en eso”, “Ya supéralo” y “Ya pasaron muchos años” no sirvieron de nada, ella simplemente me interrumpía para poder continuar con el mismo discurso que lleva ya repitiendo desde hace 15 años.

Estoy casi casi segura de que ustedes (también) tienen amigas que llevan años quejándose del marido, del trabajo, de su sobre peso y hasta del clima extremoso de esta ciudad …

De tener que pedir dinero (a la pareja o papás) como chiquitas, de la oveja negra de su familia, de estar hasta el chongo de deudas, del ex-marido, de ser las únicas que procuran a sus padres y de mil cosas más que les hacen el día a día un 30 por ciento menos llevadero.

La queja se ha vuelto su único tópico para platicar y es ya un modus vivendi que siempre ha despertado en mi cierta curiosidad.

Obvio que con tanta queja siempre andan medio de malas y a veces cuando las ves te dejan igual.

Por una u otra razón (que desconozco) nunca de los nuncas se deciden a cambiar nada, ni siquiera poquito, alguito, tantito.

Lo que me lleva a pensar que…

UNA. No se si vean el cambio como algo imposible de alcanzar o si se sienten tan atrapadas que solamente busquen un escape temporal para sacar algo de lo que llevan dentro.

DOS. Puede ser que el cambio no sea opción porque simplemente no les interesa cambiar y punto.

Pero por más que le doy vueltas al asunto dudo mucho que lo único que les interese sea quejarse porque creo que saben de antemano que con eso no se arregla ¡nada! NA.DA.

O…díganme ustedes si quejándose:

  • Les aparecerá otro marido en la cama de la noche a la mañana.
  • Las cambiarán de puesto y les darán un 50% de aumento en el trabajo,
  • Mágicamente bajarán de peso.
  • El clima de Monterrey se volverá templado de un día para el otro.

Si les choca depender de alguien económicamente por ejemplo no entiendo porque no empiezan por tomar un curso de algo, lo que sea, lo que les guste, belleza, computación, whatever…

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Luego consiguen un trabajo de medio tiempo, luego un trabajo de tiempo completo y finalmente alcanzan la libertad económica que anhelan

En lugar de buscar soluciones a los problemas que las AQUEJAN, sólo se quejan y el problema reside en que se quedan ahí, no toman el paso siguiente que sería cuestionarse ¿Qué hacer? y luego hacerlo.

Yo creo que es una manera de lidiar con la presión, es como si fueran un globo gigante que está a punto de explotar y busca la manera de soltar un poco de gas para evitar el ¡BOOM!

No hay duda que la queja nos permite a todos desahogarnos, tomar un poco de aire antes de que tengamos que volver a sumergirnos en una situación que no nos gusta.

Pero nos olvidamos que debería ser temporal mientras buscamos solución a nuestros problemas y no debemos nunca de estacionarnos ahí …

Esta bien que de vez en cuando nos demos un paseo por el barrio “La incomprendida”, pero desempacar y quedarnos a vivir ahí es otro boleto.

Ok quéjate, porque quejarte es sano.

Pero después búscale solución a tus problemas, porque cuando todo el tiempo me estoy quejando dejo de aportar y no me doy cuenta que estar conmigo, es estar con esa persona que nunca tiene nada interesante que que añadirle a la vida de los demás…

Esa mujer que no nos recomienda un libro ni una crema para las arrugas, que no nos cuenta de un nuevo restaurante ni de una nueva receta de cocina.

Que no nos platica de su último viaje ni de sus clases de meditación…

El colmo de los colmos es que nunca trae quejas nuevas, es siempre el mismo set de quejas, como si fuera una playlist de Itunes que hay que escuchar over and over.

Ladies, nadie debería vivir así y nadie debería aguantar una persona así.

Para mi no hay personas tóxicas, pero si hay comportamientos y hábitos tóxicos que podemos ( si queremos) cambiar.

Si no hacemos nada, nuestros amigos y familiares empezarán a poner tierra de por medio.

Si no hacemos nada, nos convertimos en esa persona problema y así seguiremos hasta que reviente el globo.

Cuidémonos de no estallar…pero sobre todo de no quedarnos sin amigas.

Esa si sería la gran tragedia.

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