Si eres un producto hecho en los sesentas como yo, podría apostar que te gusta la moda hippie, y si no te gusta, dudo muchísimo que la odies.
Es casi casi como si nuestros padres nos hubieran heredado ese gusto por la ropa que usaron cuando eran jóvenes.
El lema de “amor y paz” marco esas generaciones y el movimiento de estar en contra de las guerras ha sido desde entonces un sinónimo de ser parte de la juventud.
A mi esa vibra despreocupada y relajada que proyecta la ropa bohemia me representa al 100% y si pudiera viviría en:
Jeans y maxi dresses
También traería pulseras de mil colores, muchos aretes y un anillo en cada dedo, pero como lamentablemente trabajo en un ambiente más conservador sólo puedo hacer esto en vacaciones jajaja.
Durante el verano doy rienda suelta a la hippie que llevo dentro;
Así como si se tratara de las caricaturas de pikachú a esa otra yo le digo “rebélate” y créanme que ya una vez que se manifestó mi YO hippie batallo para editar lo que me cuelgo.
Me cuelgo todos mis abalorios, traigo pulseras hasta en los tobillos y si pudiera me colgaría hasta el molcajete 😂
Por eso amo el verano que se presta para que usemos todas ropa más cómoda, informal y vayamos por las calles sin tanta producción.
Entre todas mis prendas hippiosas tengo un poncho de crochet que me encanta y que me pongo mucho en primavera y verano.
En este post les muestro el susodicho poncho para que le saquen jugo al suyo si tienen uno y si no, cómprenselo, para que vean lo cómodo que es nomás echarse esta cosa encima y salirse a la calle.
Espero que les guste y como siempre
¡Nos leemos el lunes!
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