Hace tiempo mientras escaneaba el inbox de mi correo, me encontré con la última entrega de mi suscripción a whowhatwear. y este último decía.
“Cinco reglas de estilo de una modelo Neoyorkina”
Obvi que en cuanto terminé de leer este título puse mi cara de what.
Porque para ser honesta me pregunté “¿Como para qué me sirve leer las cinco reglas de estilo de una modelo neoyorquina que es la antítesis de lo que soy yo?” jajaja.
Pero luego recapacité y dije… “bueno … el estilo no tiene edad, es cuarentena… en este momento no tengo nada mejor que hacer, ya me acabé todo lo que hay en Netflix, y siempre puedo evitar perder mi tiempo dejando de leer lo no me interesa”, etc, etc.
Por eso amo la lectura, porque no tiene riesgo, no es como tomar un vuelo del que no te puedes bajar a mitad del camino; Si lo que elegiste leer no te esta gustando puedes parar y punto.
Asi que volviendo al post decidí ver cuáles son esas cosas tan básicas en el closet de una modelo y descubrí que todas son cosas que puedo ponerme yo con singular alegría.
Así es, todo lo que se menciona en el artículo me lo puedo poner yo y eso que ni soy modelo, ni vivo en nueva york.
Tampoco rondo los 20 años y ni de cerca peso cincuenta kilos, pero a pesar de todo lo anterior me llevé una grata sorpresa porque la lectura me sirvió y mucho.
Porque me di cuenta (otra vez) que los accesorios clásicos no tienen edad y así que sin más preámbulos, aquí te paso el dato de los 5 musts de una modelo de los niuyorks.
Joyería. Salir sin una joyita (aunque sea una) es como comerte un huevito sin sal ewwwww. Así que para no parecer que salimos de la casa porque se estaba quemando, cuélgate una cosita, unaaaaa aunque sea.
Si no eres de las que te cuelgas hasta el molcajete como yo, pónte de perdis unos aretitos, ándale ándale, que nada te cuesta.
Bolsas rígidas. Cada vez me convenzo más de que este es un consejo de oro, porque arghhh como me chocan las bolsa aguadas aplastadas que parecen almohadas viejas.
Pareciera que las compramos en el 78 y no hace unos meses..yo tengo unas bolsas divinas que se vieron bonitas nomás el día que las compré y después se les quitó el encanto.
Como son tan suaves las tienes que llenar con periódico cuando sales para que mantengan cierta forma de lo contrario parecen una amoeba.
Además las rígidas son lo máximo ya que las puedes poner donde sea y se mantienen firmes, en vertical. A este tipo de bolsa rara vez se le sale lo que traes.
Blazer oversized. El blazer salva vidas que todas todas tenemos pero en versión “corte amplio”.
Y como ¿para qué en corte amplio? Mmmmm pues a mi para empezar me encanta la comodidad. A esta edad pongo eso por encima de todo lo demás.
En segundo lugar, cada vez me gusta enseñar menos la retaguardia y si tengo un blazer (o lo que sea) ajustado voy a andar enseñando en lugar de no andar enseñando jajaja.
Además se ven divinos con lo que sea, mientras traigas “al cuerpo” todo lo que te pongas debajo, resaltan las faldas, vestidos, pantalones, leggings, todo.
Maxi Vestido. A mi me encantan. Los amo y no porque lo diga una modelo de Nueva York, si no porque son la cosa más cómoda del mundo. Para la ciudad o para la playa no hay mejor cosa que ponerte un vestido largo y fresco.
A estas alturas, a veces no quieres andar ofendiendo al público presente enseñando de más jajajaja y estos vestidos son perfectos para taparte todo lo que te quieras tapar.
Conjuntos o coordinados. Estos como que de repente cayeron en desgracia y no se bien bien a quien le debemos el favor.
Cuando yo era chiquita y mi mamá era una señora joven, los coordinados (palabra de ñora) eran lo máximo. Las fotos de mi mamá caminando por la Calzada Madero con falda y saco de la mismísima tela abundan y supongo que en los sesentas eran la cosa más normal.
Y no sé que pasó, pero de repente pasaron a ser de lo pior, pero me alegra que la vida les está dando una segunda oportunidad y me da gusto porque a mi si me gusta combinar de vez en cuando y traer conjuntitos (otra palabra de señora) con el mismo estampado.
Y como ven todos los musts de una modelo neoyorquina, pueden facilmente ser nuestros “obligados solidarios”.
La edad, el peso y el lugar de residencia vienen sobrando cuando hablamos de estilo.
Ese todas lo tenemos, solo hace falta tomarnos el tiempo de arreglarnos para sacar ese brillo que está ahí y que necesita que le des una desempolvadita.
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Foto de portada de Amir SeilSepour en Pexels
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