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Hablando de ropa: Lo que me gusta vs. lo que me favorece

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Todas vamos a llegar a esa edad en la que el tema de la ropa será mejor en la teoría que en la práctica, si no díganme:

¿A quién no le gusta ver las revistas de moda e imaginar que ese vestido se le verá igual de hermoso que a la modelo en cuestión?

En lo que a mi respecta siento que ya llegue a esa etapa y ando buscando un lugar para estacionarme (porque me pienso quedar un buen rato).

No sé si te ha pasado, pero me he dado cuenta que últimamente lo que me gusta no me queda y lo que me queda no me gusta, y aquí déjenme explicarme un poquito más.

Cuando era joven siempre quise ser rocker. Soy melómana, amo la música y me encantan los pantalones de cuero, las camisetas negras y en si todos los outfits que te hagan parecer rock star, pero siempre que intenté vestirme así parecía que estaba disfrazada. 

Es como si el espejo supiera que yo ni tocaba un instrumento, ni era parte de una banda. Para ser exactos me veía a los ojos y me decía  ERES UNA WANNA BE ROCKER se nota a leguas que esa no eres tú…

También me gusta mucho la ropa bohemia, ese look medio hippioso que se ve muy bien cuando andas de vacaciones o vives cerca del mar, pero que en mi ciudad natal que es muy conservadora nomás no queda para nada.

Este look me encanta y lo aplico sobre todo cuando estoy de vacaciones y los fines de semana.

Por si fuera poco conforme ha ido pasado el tiempo siento que algunas cosas que me suelo poner a la hora de vestir ya no combinan con la señora que soy. ¡Ay no que ciiiiiirco! 

En fin que al tratarse de ropa a estas alturas del partido solo sé una cosa:

No quiero parecer mi hija pero todavía no quiero parecer mi mamá

Y en este punto del camino estoy ahora mismo con una crisis de identidad en cuanto a ropa se refiere.

Parada en una encrucijada volteando para todos lados y viendo pa´dónde agarrar

Lo que me gusta y he vestido toda mi vida siento que empieza a verse un poco fuera de contexto y lo que la sociedad dice que yo debería de vestir se siente extraño en mi cuerpo.

He entrado con mucha cautela a la sección de señoras de algunas tiendas y una vez que me pruebo las cosas en el vestidor comienzo a sentirme como esos niños que visten sus mamás a la fuerza y en cuanto pueden se empiezan a jalonear la ropa, simple y sencillamente con algunas prendas nomás no me hallo.

Probando de una y otra cosa he dado con una fórmula que igual va a ser temporal, pero por el momento es lo que me ha funcionado mejor y eso es mezclar prendas juveniles con otras más formales. Un campechaneo de faldas, blusas, pantalones y sacos que me ha ido sacando del atolladero.

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He revivido los vestidos que por muchos años los tuve vetados (no sé por que) y que últimamente me sacan mucho de apuros.

Por ejemplo:

Si me pongo jeans los uso con blazers o con túnicas.

Si uso faldas medio cortas solo lo hago en invierno y las acompaño de mallas opacas y gruesas (pero muy gruesas eh)

Los leggins son prohibitivos si no van acompañados de un mini vestido o túnica larga (so pena de parecer super héroe)

Los shorts y los vestidos cortos salen de paseo sólo en verano (vacaciones).

Y ahi voy implementando este método (más viejo que los cerros) llamado ensayo y error, tengo ya outfits bien armados que no llegan a tener el look de doña ni me ubican en la categoría de señora disfrazada de milenial…

Pero basta de hablar de mi, hablando de ti  ¿Con que prendas de tu guardarropa ya no te identificas?

 

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Fotografía: PEXELS

 



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