¿Recuerdas aquellos fines de semana en los que te ibas de shopping a Mcallen?
A mi estos viajes me causaban insomnio. Esos viernes eternos que parecían no acabarse nunca.
Yo me pasaba la noche anterior en vela haciendo listas imaginarias de todo lo que iba a comprar a sabiendas de que el dinero no me iba a alcanzar…pero eso “es otra historia” (jajaja).
Cuando llegábamos sentía una urgencia por bajarme del carro y me chocaba que mi mamá (o mis amigas) dieran vueltas y vueltas hasta encontrar un lugar “pegado” a la puerta.
Me “comían” las ansías por poner un pie en la dichosa plaza, quería bajarme del carro antes de que lo estacionaran y sentía un frenesí por comprar todo en cuanto llegaba.
No exagero si les digo que gustosamente hubiera podido amanecer y anochecer ahí. ¿Que increíble verdad ?…esos días los veo ahora tan lejanos porque…
Hoy en día es casi lo opuesto, ahora me da flojera caminar por “la plaza mall“, tengo años de no ir, y si puedo conseguir por internet lo que necesito comprar, lo pido y San Seacabó .
A estas alturas del partido las tiendas ya no me aceleran el corazón, principalmente porque ya entendí que no hay bien material que requiera mayor inversión que yo.
Ahora sé que de nada sirve tener el carro, la casa, la bolsa, la ropa y las joyas si se es miserable o estás insatisfecha, y que no hay dinero mejor gastado que el que invertimos en nosotras mismas.
¿Pero cómo, qué y cuánto invertirnos?
A mi en lo personal me encanta variarle y trato de invertirme tiempo, dinero y esfuerzo por partes iguales para que haya un balance.
En este post te recomiendo tres cosas en las que puedes invertir y que te reportarán beneficios personales inmediatos
UNO. Antes de hacer nada conecta cuerpo, mente y espíritu, decide que es lo que quieres hacer con el día que comienza y luego ve todo eso con los ojos cerrados.
Parece que esto es insignificante pero no tienes idea de como va a cambiar la manera en que vives el resto del día.
La visualización es la herramienta más poderosa que yo he encontrado para alcanzar mis metas.
Yo solía brincar cuando escuchaba el despertador, aunque no se me hubiera hecho tarde empezaba el día con un frenesí cargado de prisa y mal genio.
Salía corriendo de mi casa, todo se me olvidaba, me caía, echaba pestes…
Me peleaba con el automovilista que pide paso, con el peatón, con el motociclista, con el vendedor ambulante y hasta con las palomas que comen sobras de la calle.
Como ya había iniciado así, así seguía por el resto del día…
Toooooooodos me caían gordos y como es natural un día me caí gorda hasta yo y ese día decidí que ya no quería amanecer con esa tónica mal vibrosa y delirante.
Acto seguido me puse a pensar qué podía hacer y decidí probar con levantarme más temprano para no tener prisas.
Comencé a despertarme una hora antes para no andar a la carrera y bajarle dos rayitas a ese acelere malsano.
Ahora suena el despertador y en lugar de el timbre estridente que me ponía de genio, me despierta el trinar de unos pájaros con el sonido de un riachuelo de fondo.
Después de “abrir el ojo” me estiro varias veces y luego medito como 2 minutos, o lo que es lo mismo cierro los ojos y veo la mini película de como quiero que salga mi día.
Literalmente me digo “corre videotape” y me visualizo levantándome de la cama con calma, arreglándome, tomándome el café…
Llegando a la oficina, saludando a todos con cara de “político en campaña” y haciendo mi trabajo con bonita cara y con bonitos modos.
Aunque no siempre me puedo apegar al guión cien por ciento porque la gente no pone de su parte (jajaja), me sirve mucho para “materializar” lo que quiero hacer y como lo voy a hacer.
Después me veo llegando al gimnasio o a el parque fundidora y me visualizo corriendo y así le sigo hasta que me visualizo cenando algo ligero y acostándome.
En pocas palabras PLANEO el día y no me sale al fregadazo como antes y esto me ayuda a aterrizar lo que quiero a nivel mental y luego lo paso a la vida real.
El tiempo extra me trae orden, el orden me trae paz y la paz es un bien invaluable
DOS. Encuentra algo para lo que seas buena, explota esa habilidad, y ya que empieces a ganar dinero págate siempre.
Usa ese dinero para hacerte algún arreglito o comprar algo sólo para ti, no caigas en la tentación de meterlo todo a tu casa, en tus hijos , en tu pareja, en tus padres, etc.
Invierte dinero en todo por supuesto, pero nunca NUNCA te olvides de invertir dinero en tu persona.
Ya sea para estudiar, viajar, arreglarte los dientes, hacerte un peeling, pagar un retiro o un taller de yoga, disfruta de los frutos de tu arduo trabajo.
Cuando no lo hacemos, creamos resentimiento y eso tarde o temprano nos carcome por dentro.
TRES. Encuentra cursos que hagan crecer tu autoestima, que te lleven poco a poco a enamorarte de ti, a comprenderte, a aceptarte.
No importa si son pláticas de desarrollo personal o masivos de ejercicios de esos que contagian de energía hasta a una papa, hazlo.
Tu espíritu lo necesita, busca esos cursos, retiros, talleres y aprovéchalos porque es muy común que cuando tenemos recursos los dediquemos sólo a comprarnos bienes materiales y nos olvidamos de que tenemos también que invertirle dinero al espíritu.
Tenemos la idea equivocada de que al espíritu no se le puede invertir dinero y estamos equivocados, el psiquiatra cuesta, el psicólogo cuesta, la sesión de meditación en casa kadampa cuesta, el retiro espiritual cuesta, las constelaciones cuestan y sin embargo todo lo anterior nos da paz a nivel mental y espiritual.
Muchas veces traemos el hoyo por dentro y andamos comprando ropa y cremas para la cara, como no nos sentimos bien, compramos más ropa y más cremas y así hasta que seamos compradoras compulsivas.
No nos damos cuenta que en lugar de andar en las tiendas, tendríamos que andar en un retiro o tomando psicoterapia.
Hay que invertirle a el cuerpo, a la mente y al espíritu por partes iguales
Hay que hacerlo porque lo de hoy es estar bien para sentirse bien y verse bien, lo de hoy es el wellness.
Porque ya no está de moda ser esa dama que trae una Gucci colgando al hombro, y no tiene idea de dónde queda Budapest.
Ya nadie quiere ser esa mujer con cuerpower que desprecia o habla mal de las llenitas.
Y tampoco la que anda por la vida en un Porsche y le da veneno a los gatos de la vecina por el simple hecho de que no le caen bien.
No que va, lo de hoy es ser bonita por fuera y por dentro
Hoy se usa tener cerebro y usarlo
Actualmente está de moda trabajar en “lo de adentro” tanto o más que en lo de afuera…
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