Browsing Tag

oxfam. second hand september

Moda

¿Que tan seguido vas de compras?

9 diciembre, 2019

Tuve que padecer el sargazo en la playa, 31 grados centígrados en pleno invierno y vivir varias inundaciones para dejar de comprar ropa por un mes.

Me di cuenta que el planeta tiene taquicardia, y todos estos fenómenos son un esfuerzo desesperado por llamar la atención de un público pasivo e indiferente.

Sólo pegándome donde me duele, la problemática de la contaminación tocó mi hombro, logró que volteara y (haciendo caras) me dignara a prestarle atención.

Si, así de triste…

El sargazo me dio el empujoncito que necesitaba para sumarme a Oxfam

Como ya les contaba en este post, prometí no comprar nada durante septiembre y aunque patiné en el puente del día de la independencia, finalmente el reto me hizo los mandados.

Los treinta días se pasaron de volada y mi promesa le cayó de maravilla a mis tarjetas, que se mueven más que la barbacoa en domingo.

Además de eso me pasaron dos cosas, ahí les van…

Cosas que descubrí al no comprar ropa por un mes

UNO: Caí en la cuenta de que mucha ropa que tengo ¡no me gusta!

Al iniciar el reto eché mano de lo que me pongo siempre, pero a medida que pasaban las semanas y yo no quería repetir vestuario, tuve que confrontar la realidad.

Me pongo sólo lo que creo que se me ve bien, lo demás esta ahí colgado y no se mueve jamás.

Fácil, fácil un cuarenta por ciento de mi closet esta dioquis.

  • Cosas transparentes que amo, pero ya me da pena usar.
  • Algunas faldas me caminan para abajo o para arriba según sea el caso y tengo que andarlas jaloneando y regresando a su lugar como niño (malcriado).
  • Blusas en colores hermosos hechas con telas rasposas (que no uso pero tampoco saco del closet).
  • Ropa que se me veía espectacular en los noventas y que no quiero tirar por si algún día vuelvo a tener treinta años y vuelvo a pesar lo que pesaba jajajaja
  • Zapatos que necesitan tapas desde el día que me gradué (exageré)
  • Infinidad de suéteres, que ahora que tengo la piel más seca me pican y me dejan el cuello como el de hell boy.

Y bueno creo que tienen una idea de lo que descubrí: Tener el closet lleno de cosas que no te gustan, no te quedan o ya no se te ven como antes es sinónimo de…

NO TENER NADA QUE PONERSE

Y si yo no fuera overthinker ahí hubiera parado la cosa peeeeeeeero, decidí analizar el punto y llegué a la conclusión de que si tengo cosas que compré hace poco y ya no me gustan, es porque (a veces) compro por comprar.

NO compro porque….

  • me hace ver más alta
  • acentúa el color de mi piel
  • estiliza mi figura
  • me sienta bien
  • me hace sentir cómoda
  • favorece mi figura

Compro….

  • porque está en oferta
  • me puede servir algún día
  • no me lo voy a encontrar a este precio jamás

Y por esa razón yo y muchas nunca tenemos que ponernos y siempre andamos con lo mismo encima.

A diferencia de lo que rara vez uso, las cosas que me encantan no me aburren jamás…eso que me enamoró desde que lo vi colgado en un rack y que sigue gozando de mi beneplácito.

Ya sabes de que hablo ¿verdad? Eso que no quieres que se gaste, se rompa, se decolore, que te sigues poniendo y quisieras que durara para siempreeeeeee para siempreeeeeee.

Lo que compré y que parece que un diseñador hizo a mi medida, que resalta mis partecitas buenas y esconde las no tanto.

Esas prendas que dejaré de usar cuando estén convertidas en un harapo.

DOS. Descubrí que la mitad de lo que no se mueve es por falta de arreglo.

  • el pantalón divino que me arrastra, no quiero cortar pero tampoco me pongo con tacones (¿por que quién los aguanta a estas alturas?)
  • la falda hermosa medio transparente que necesita fondo (¿pero quién usa fondo estos días?)
  • los zapatos que me encantan y que necesitan tapas desde el 2001
  • el zipper, el botón, esa blusa que me encantaba y ahora ya no tanto por el escotaxo escandaloso.

En fin…you get the idea.

No comprar ropa por un mes me vino sirviendo para darle mantenimiento a mi guardarropa y al hacerlo volví a enamorarme de cosas que tenía años de no usar.

Como este reto me tomó un tiempito, el mes de octubre se pasó también volando y por estar pensando en reciclar no tuve tiempo de comprar.

Y fíjense que como ya me gustó el experimento voy a extenderlo y espero poder seguirle hasta el fin de año.

El dinero que me ahorre, lo usaré para arreglar cosas que necesitan repararse en vez de tirarse.

Con esto haré un esfuerzo por sumarme a el movimiento de las tres erres

REDUCE-REUSA-RECICLA

…y pondré de mi parte para que nuestra generación deshaga un poco, lo mucho que hemos hecho en contra del planeta.

Y si ya de plano tengo que comprar algo trataré de hacerlo en Troquer, GoTrendier o en Thred up ya que venden cosas hermosas, finas y en excelente estado.

Únete a el reto, decídete a no comprar nada por un mes y cuéntame cómo te fue…

¿Te gustaría ser parte del blog? Pícale AQUÍ





æ

Historias Moda

Abrir la boca es la cosa más fácil del mundo.

18 septiembre, 2019

Como el título del post sugiere, estoy a punto de hacer fuertes declaraciones y pido perdón si decepciono a más de una; Creo que hay cosas que se tienen que decir aunque nadie las quiera decir.

Si tienen tiempo visitando este blog (hola sister jajaja) se habrán enterado que prometí no comprar ropa durante el mes de septiembre y unirme a la iniciativa de OXFAM de estrenar cada vez menos y reusar cada vez más.

Pero (siempre hay uno) en México septiembre es el mes de la patria y el fin de semana largo tienta año tras año a muchos norteños a irnos de compras a los United States.

Como imaginarán yo soy parte de las masas y un número más en las estadísticas de personas que caen en tentación, agarran carretera durante el puente del 16 de septiembre y cruzan “el charco”.

Y como tal este fin de semana crucé y compré.

Mea Colpa. Mea Colpa.

Y he aquí que vienen las fuertes declaraciones que les prometí al inicio de este post, yo soy muchas cosas y entre ellas reconozco ser como coloquialmente se dice:

  • Puro verbo
  • Puro jarabe de pico
  • Perro que ladra no muerde
  • Dime de que presumes y te diré de que careces
  • De lengua me echo un taco
  • Del dicho al hecho hay mucho trecho

Lo acepto, hablo más de lo que actúo y tooooodas estas frases me pasaron por la cabeza este fin de semana, cuando caí y compré.

En el momento en el que la cajera me entregó el ticket, mis voces internas (porque oigo varias jajaja) se burlaban de mi y me decían a coro:

¡eeeeva es un fraude, eeeeeva es un fraude, eeeeeva es un fraude!

Y fue así que semejando a los patitos del tiro al blanco que hay en todas las ferias, en cuanto salí de la fila me volví a formar y sintiendo un nudo en el estómago regresé lo que acababa de pagar.

Tal como lo están leyendo, me arrepentí de haber faltado a mi palabra y regresé unos loafers de terciopelo gris acero di.vi.nos y una camisa de mezclilla azul petróleo que todavía me tiene suspirando.

Después de pagar esas dos cosas recordé que prometí no comprar ropa nueva por este mes y también recordé que al momento de hacer la promesa pensé que el reto era tan fácil que “me haría los mandados”.

Así que haciendo gala de un valor que reconozco no creía tener, las devolví.

Bye Bye Babies…

Ni modo, si nos dejan como dice la canción, en otra vida nos encontraremos y tendremos oportunidad de vivir juntos todo lo que en esta vida se nos negó.

Nadie se hubiera enterado que los compré si yo no digo nada, lo hice simplemente para demostrarme una vez más que…

Entre decir una cosa y hacerla hay un abismo.

Confieso que fue un triunfo a medias porque no pude contra esta compulsión, compré otras cosas de cosmética e higiene personal que si quería y al final no pude regresar a Monterrey como Esthelita Nuñez (con las manos vacías).

Por esto mismo y volviendo al reto les quiero recordar que la vida nos tienta y nos tentará siempre a tirar la toalla pero finalmente nosotros somos las jefas y tendremos siempre la última palabra.

Cuando decimos:

  • Que vamos a hacer dieta y pedimos unas alitas.
  • Que ya no vamos a gastar y nos vamos a pasear a Esfera, El Palacio, Galerías, Pueblo Serena y caemos.
  • Que vamos a hacer ejercicio y no nos levantamos temprano a caminar.
  • Que vamos a dejar de fumar, de tomar coca, de hablar mal de los demás, etc. y lo hacemos…

Estamos poniéndonos en segundo lugar y la variable llamada vida se está quedando con la medalla de el primero.

Nuestra voluntad pasa a ser un concepto inexistente y estamos a merced de lo que se presente día a día como una planta o un pobre cachorrito que no tiene poder de decisión.

Este post empezó tratando de lo mucho que me costó no comprar nada este fin de semana largo que fui a Mcallen , pero de pasada tomé inspiración para hablar de lo mucho que nos cuesta cumplir las promesas.

A mi me cuesta muchísimo pasar del dicho al hecho, tanto que he considerado tatuarme la frase “acta non verba” en una muñeca para verla todos los días y a todo momento.

Pero mientras decido si hacérmelo o no, cuéntame si a ti te pasa igual…

¿A ti te cuesta pasar del dicho al hecho? ¿Cómo le haces para forzarte a actuar?

¿Te gustaría ser parte del blog? Pícale AQUÍ



æ