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Belleza

Ahora que tengo pelo de señora ¿Qué sigue?

28 septiembre, 2020

Hace más de treinta años cuando yo era una muchachita, me gustaba ver a las señoras e imaginarme como iba a verme yo cuando tuviera esa edad.

Admiraba a las que tenían buena figura y andaban por la vida derrochando glamour, convirtiendo equis calle en una pasarela.

Recuerdo que me clavaba mucho en los peinados porque siempre he tenido un pelo desobediente, y buscaba llena de esperanza una solución a este problema, en mi versión a futuro.

Pero cuando veía sus cabezas siempre decía lo mismo “Arghhhhhh, yo no me voy a peinar así nunca”.

Como jamás me gustó un peinado me empecé a preocupar, hasta que me cayó el veinte de que no eran los peinados lo que no me gustaba, si no el cabello en general.

El pelo tan corto, los copetes tan levantados y esos tonos rojizos tirándole a uva, no me caían para nada bien…

No entendía porque en la moda no veía yo ese abismo, pero hablando del pelo la cosa era muy distinta…y tan marcada era la línea entre jóvenes y ñoras, que acuñé el término “pelo de señora”.

Como no podía señalar cual era la diferencia, decidí usar el término para referirme a ese pelo sin movimiento, ese que a leguas se ve que está más pa’lla que pa’ca.

Recuerdo que cuando iba al salón y me lo pistoleaban mal decía “me quedó el pelo de señora”, y cuando una chavita de mi edad tenía el pelo anormalmente maltratado decía “tiene pelo de señora”


En aquel entonces desconocía el porque de esta diferencia abismal entre el pelo de una joven y el de una mujer mayor, hasta que pasaron los años y la vida me pasó al otro equipo.

Como era de esperarse el día se llegó y ahora que ya soy una señora ¿Adivinen qué?…Ya tengo pelo de señora… jajajaja.

Ya caí en cuenta que el uso tan frecuente de tintes (para ocultar las canas) te secan el pelo y poco a poco se te va haciendo pelo de señora.

Además que los cambios hormonales que llegan con la meno, te secan hasta las pestañas.

Por otro lado descubrí que el crepe era una táctica para disimular la pérdida de cabello que llega también de la mano de la menopausia.

Y que los colores raros se deben simple y sencillamente, a que los tintes terminan tomando la tonalidad que le da su regalada gana.

Y todo esto es algo tan gradual que ni cuenta te das, simplemente llega el día en que te levantas y ya tienes ¡pe.lo de se.ño.ra! jajaja.

Y bueno, si ya estás ahí no te preocupes, por un lado no hay nada que hacer, porque no volveremos a tener el cabello de muchachita.

Y por el otro, te voy a decir lo que yo hice para medio enderezar el barco, porque de tanto pintármelo, mi pelo ya daba miedo.

Primero. Dejé de usar tintes con amonía porque me dejaban el pelo de escobeta …

Ahora me pongo cualquier marca que no tenga amoníaco y el pelo se me sigue resecando pero mucho menos que antes.

Segundo. Empecé a ponerme tratamientos una vez por semana.

Si hay presupuesto me pongo uno semi profesional que compro en el salón, y que por lo regular me alcanza para ponérmelo unas siete veces (o sea siete semanas).

Claro que a mi me dura eso porque traigo el pelo muy corto, pero si tu lo usas largo igual y te dura menos.

De estos que son de marcas reconocidas y por tanto más confiables, he usado dos (Schwarzkopf / Olaplex) y me han caído de maravilla.

Y cuando no tengo presupuesto, me compro los de sobre que venden en el super.

De estos he probado los de John Frieda y también cumplen la función de dejar el pelo más hidratado.

Y pues ahora que ya tengo el hábito y no le fallo, he notado que mi pelo se me ve mejor que antes, lo único aquí es que yo me dejo el tratamiento media hora.

Para no caer en la desesperación trato de hacerme pedicure o ponerme algo en la cara también así siento que mato dos pájaros de un tiro.

Luego pongo a Florence and the Machine o uno de los muchos podcasts que sigo y listo.

La media hora se pasa volando y no estoy contando los minutos como cuando me ponía estos menjurjes en la regadera.

Y pues lo único que les puedo decir es que voy a continuar con esto, hasta que decida dar el siguiente paso que es, dejar de pintármelo y usar la greña al natural.

Mientras llega el día en que decida traer la cabeza plateada y empiece la transformación para tener pelo de abuelita, no habrá de otra más que seguir teniendo pelo de señora.

Espero que ese día que diga adiós a mi café castaño, vuelva a reencontrarme con la consistencia y el brillo natural de mi pelo…

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