Si eres como yo y te choca “sacar lo de frío y meter lo de calor”, déjame darte un tip para que cada vez guardes menos cosas.
A mi no hay nada que me de más flojera que ese ritual, siento que es un día de mi vida perdido, que nadie me va a regresar arghhhhhh.
Obvi (como dicen mis hijas) que yo quisiera ponerme la mayoría de lo que tengo todo el año, así le sacaría el doble de jugo a mi ropa y al dinero que está ahí invertido.
Pero como vivo en el norte de México y el clima es extremoso, no puedo, aquí en el desierto o hace frío o hace calor punto.
Aun así, me las he ido arreglando para meter en el baúl de la abuelita cada vez menos y menos.
Aparte soy menos voraz al comprar, porque ahora uso más cosas delgadas que se pueden empalmar y pocas prendas gruesísimas de esas que sólo usan en el Polo Norte.
Así haciendo experimentos, empecé a ponerle a los vestidos de verano algo por arriba o por abajo y terminé usándolos todo el año.
Los maxi dresses y los midi son los más nobles porque como son largos, se ven bien con botas, así que los puedes usar en otoño e invierno.
Yo antes los usaba hasta noviembre pero ahora, por ahí de enero, cuando arrecia el frío, los sigo usando con mallas gruesas / leggings y botas.
Aquí les comparto dos vestidos que son de playa y yo uso todo el año.
En este post viejito está el vestido original y en la foto de abajo con una camiseta de manga larga de Old Navy que es más vieja que yo jajaja.
Este otro vestido me lo pongo siempre con una chaqueta de mezclilla y con unas botas color vaqueta que aparecen en este otro post.
Perdón que les deba la versión invernal en foto, pero estoy recién operada de una rodilla y no estoy caminando mucho.
Ojalá les sirva de inspiración y ahora que cambien de closet:
¡ No guarden los vestidos de verano !
¿Te gustaría ser parte del blog? Pícale AQUÍ
æ
Leave a Comment