Ahora que llegué a la madurez y hace rato dejé de andar de night club en night club (¿recuerdan esa término?) …extraño producirme y salir por la noche echando tiros
Siento que eso de andarte arreglando sólo por ser finde, es algo que viví hace tanto, que a veces, pareciera que fue en otra vida.
Salir todos los viernes y sábados es algo que quedó muy atrás, y como hace mucho que abandoné esa práctica, cuando recibo la invitación a una boda u otro eventAXO, me emociono al grado de sentir, que la festejada soy yo.
Como anticipo que voy a pasar el día embelleciéndome …desde que despierto ando de buenas.
Llegado el día, me embarga el gozo de hacerme manicure, pedicure, un masaje facial y luego seguirle con el maquillaje y el peinado…bueeeeeno que te puedo decir, para mí es la dicha total.
Me siento artista de Hollywood
Y hasta aquí todo va muy bien, pero la felicidad que llega con la invitación, se ve empañada por el hecho de anticipar la angustia de encontrar el vestido.
Aquí, se pone feo el asunto, porque la mayoría de los vestidos de hoy o son para jovencitas o para ancianitas.
No me hallo en ningún estilo “de señora” y tampoco me veo en los estilos “de chamaca”.
Ya no quiero andar embarrada con telas stretch, porque mi panza no es la tabla de surf que era a mis veinte…
Tampoco puedo ponerme un vestido con la cintura marcada, porque tendría que tener cintura y está medio difícil.
Por si fuera poco, a este fenómeno, hay que agregarle que ahora le saco la vuelta a los escotes, aberturas en falda, tirantes, transparencias y demás.
Tampoco quiero enseñar pierna, espalda y brazo; Además presiento que en pocas horas, voy a querer taparme hasta el cuello.
Y aunque no es moralina, los años me han instalado en una especie de liga de la decencia, y como en esas ando, pocos vestidos llenan las directrices.
Ya estoy como estaba mi mamá; Recuerdo que cuando llegó a mi edad y dejó de enseñar, renegaba y decía que iba a salir en traje de buzo…
Pero bueno, por el otro lado tampoco me gustan (todavía) los boleritos, la capita que no cubre ni m…, la falda larga y curra, el coordinado de falda/ saco o las mangas con vuelos de gasa.
Y estando así la cosa, sufro porque no me siento de aquí ni de allá, queriendo renovar mi estilo, pero no encontrando uno que me represente.
Así que si andas igual caaaaalma, que no todo está perdido, por que hay dos tipos de vestidos que le quedan a todo el mundo y son los que te voy a dejar aquí.
Primero viene EL vestido de vestidos, el jefe de jefes que hace que todo se vea en su lugar, el que obra milagros y te esconde lo malo.
Al mismo tiempo te exalta lo bueno y es por eso que es quasi perfecto.
Te oculta el brazo rechonchis, disimula la cadera, hace que te veas más esbelta por el cruce al frente y te alarga el cuello por el escote en V.
Además si lo vas a mandar confeccionar, a esta fórmula le puedes añadir las mangas de la forma y el largo que más te gusten y la pedrería que te acomode.
El otro vestido que me parece muy favorecedor, es el corte imperio de manga corta o larga; Este que encontré no tiene mangas pero con la manga larga con puño o corta de campana se ve di.vi.no.
Además ciñe la parte más delgada que tenemos a esta edad, que no es la cintura.
Y si lo vas a hacer a tu gusto, puedes añadirle pedrería en la parte alta que lleva una cinta o fajín.
La verdad después de mucho buscar, siempre termino comprando (o rentando) estos dos estilos, pues últimamente nada más me llena.
Seguiré en la búsqueda del vestido perfecto o de la aceptación, y me entregaré a la que llegue primero.
Mientras tanto, que vivan y no se acaben estos dos estilos, porque seguiré abusando de su amabilidad.
¿Te gustaría ser parte del blog? Pícale AQUÍ
Dudas, preguntas dale reply a este correo o escríbeme a eva@mesientodeveinte.com
¿Tienes una amiga que ande casando una hija/hijo? Mándale este post.
Fotografía: PEXELS
æ
Leave a Comment