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Quisiera ser un jean ¿Y tú?

21 junio, 2018

Cada vez que compro alguna prenda de vestir saco algo que ya no me pongo, la otra cosa que podría hacer es comprar ganchos e ir acumulando cosas pero mi closet no es muy grande, así que esa no es una posibilidad para mi.

Llevando a cabo esta actividad semestral que me veo obligada  (¡ay ya dije eso verdad! ) caí en cuenta que tengo muchos jeans; Tal vez 10 no sean demasiados para una persona que vive en ellos pero como yo sólo los uso en fin de semana decidí que tengo de más.

No los puedo usar entre semana porque no entran en el código de vestuario de mi trabajo y los fines de semana son “harina de otro costal”.

O no salgo o cuando sale algún plan la vestimenta apropiada (para una señora decente jajaja) es un poco más formal así que entre una y otra cosa a veces los pobres caen en el abandono por tiempo indefinido.

Por esta razón me propuse regalar unos dos como mínimo así que decidí probármelos todos y elegir los que me quedaban mejor, al final del ejercicio ¿Adivinen con cuántos me quedé y cuántos regalé?

Se quedaron: 10. Se fueron: 0 😮

 

Todos tienen años conmigo.

Todos me quedan bien.

Todos siguen estando vigentes.

Todos se ven mejor que cuando eran nuevos.

Cuando me quité el último, justo en ese momento en que los vi a todos ahí sobre mi cama pensé:

“Quiero ser un jean” 🤔

 

 

Quiero ser inmune al paso del tiempo.

Quiero que el modelo no salte a la vista.

Quiero ir mejorando con los años.

Quiero que las vueltas en la lavadora y la secadora de la vida me hagan lucir clásica no vieja.

Quiero hacer sentir cómodo al que me tenga cerca.

Quiero combinar con todos los colores que me tope en el camino.

Quiero poder lucir casual y/o glamorosa según la ocasión.

Quiero ser aguantadora por si se pone fea la cosa y me tengo que subir a un 4×4.

Quiero estar de moda muchos años más.

Quiero decolorarme (si no hay de otra) de manera uniforme.

Si definitivamente quiero ser un jean…

¿No se puede? OK 😉

 

 

Entonces si no es mucho pedir quiero ser un buen vino, Sofía Loren o la versión femenina de Robert Redford, para fines prácticos todos ellos cuentan con esa particularidad.

Y tú ¿Qué (o quién) quisieras ser?

 

 

 

 



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Historias

Consejos que le daré a mis hijas para que sobrevivan en el mundo laboral.

4 junio, 2018

En cuestión de hijas (os) creo que muchas andamos en las mismas, estas ya terminaron carrera o están a punto de hacerlo. Las que no tuvieron hijos de seguro tienen sobrinas (os) que rondan esa edad.

Algunas (temerarias) que se aventaron al ruedo muy jóvenes tienen hijos que trabajan desde hace rato pero dudo que sus retoños no califiquen como millennials.

Recuerdo como si fuera ayer cuando yo era del equipo de los juniors,  la nueva, la que no tenía experiencia, la que contaba con cero años de antigüedad y sobre todo la que “metía la pata” un poco mucho más que los demás.

Los años volaron y en la actualidad ya estoy en el equipo contrario.  Hoy soy parte de los seniors y veo con nostalgia a los recién llegados, a los que acaban de terminar su carrera profesional, se van sumando a el mundo empresarial y llegan verdes verdes en todos los aspectos.

Como tengo dos hijas que rondan esa edad millennials no puedo evitar verlas reflejadas en todas esas jovencitas y en esas situaciones que a veces se presentan en la oficina. Me gustaría darles muchos consejos pero prefiero quedarme calladita.

No lo hago porque a pesar de la brecha generacional son mis compañeros de trabajo y no me gustaría que me identificaran como a la señora de la oficina que se cree la mamá de los pollitos.

No me interesa en lo más mínimo adoptar el papel de doña mandona, la sabelotodo, la dueña del negocio, etc; Pero si alguna de ellos me pidiera un consejo le daría no uno si no diez.

Son cosas que me brincan y que pienso que antes no era tan comunes por no decir que no existían. Como por ejemplo las redes sociales que se han convertido en una real y muy tangible amenaza para la productividad.

Y bueno pues como les estaba contando, en el hipotético caso de que una de “mis hijas” me pidiera mis two cents of advice, les daría “eleven cents. Como decimos acá en el norte, les daría feria de más.

uno. Suelta el celular. No te pagan por checar el WA ni el Facebook, te pagan por hacer otras cosas así que a lo tuyo mientras estés en la oficina.

No llegues a las juntas (y a todas partes) con el celular, no lo vas a poder checar y si entra una llamada tampoco podrás contestar así que no viene al caso que lo conviertas en una extensión de tu mano.

dos. sé discreta con tus cosas personales. Las cosas que nada tienen que ver con el trabajo se deben tratar siempre fuera del trabajo. Si el fin de semana te tomaste todo el alcohol que había en el antro o si tu novio te trata como al palo de una escoba y sientes la necesidad de compartirlo, platícalo después de que cheques tarjeta.

Lo mejor en casos de crisis es buscar ayuda profesional o invitarle una copa o un café a un amiga (o) cercano que te preste el hombro para desahogar tus penas. Los compañeros de trabajo ni te van a ayudar y algunos van a darse vuelo con el chisme.

tres. habla de usted. Al principio a todo el mundo pues es muestra de respeto y sabrás a quién le gusta y a quién no, pero si algunos compañeros de trabajo te piden que les hables de tu, hazlo.

Hay personas a las que de verdad nos incomoda que nos hablen de usted, nos hace sentir viejas y sobre todo marca una distancia que a veces se traduce en un trato muy impersonal.

Lo más normal es que cuando alguien te pide un favor lo hagas sin chistar, así que si alguna compañera (o) de trabajo te dice claro y fuerte “Te pido por favor que no me hables de usted”. ¿Por qué no hacerle ese favor?.

cuatro. Las personas con carrera profesional también hacen trabajos físicos. Si así son las cosas en el mundo real, así que no pretendas estar siempre frente a una computadora pues a veces tendrás que cargar una caja, limpiar algo que se ensució o simplemente mover cosas de un lugar a otro.

No hay nada más desagradable que escuchar a una persona decir “No estudié una carrera para estar cargando cajas”, nunca preguntes si hay alguien que se encarga de eso. Encárgate tu y punto.

cinco. siéntate bien. No subas los pies en ningún lado ni cruces las piernas como si estuvieras en la clase de yoga y por piedad no te quites los zapatos. Si quieres estar despatarrada espera a que llegues a tumbarte a tu recámara o a la sala de estar de tu casa.

seis. No comas en el escritorio. Da una imagen descuidada y poco profesional, si de plano no aguantas el hambre pide a alguien que te cubra y corre a comerte un snack, o compra barras energéticas de esas que se acaban en tres mordidas.

Por favor, pooor favooooor no saques la torta de huevo con chorizo, o los chilaquiles que aparte de dejar tu escritorio como la charola de una periquera llenaran el ambiente de un olor a garnacheria del centro de la CDMX.

siete. Sé puntual. Cuando firmaste el contrato te dijeron muy claramente a que hora entrabas y a que hora salías. Si firmaste es por la simple y sencilla razón de que estabas de acuerdo, así que ahora no comiences a contar las mil y un razones por las que te es imposible llegar a tiempo.

Si no puedes cumplir con el horario de trabajo renuncia y busca uno que si se acople a tus necesidades de sueño, distancia, medio de transporte, etc.

ocho. No faltes. Actualmente la gente falta al trabajo con cualquier pretexto. La compañía no tiene la culpa si se te descompuso el carro, se fue el agua o la luz en tu casa, esta lloviendo, hace frío y otras tantas eventualidades.

nueve. Nunca contestes “no quiero”. Me sorprende cuantas personas en la actualidad te contestan eso. Pareciera que les están preguntando si quieren ir al cine o a comer mariscos.

En el trabajo te pagan para hacer cosas que sabes hacer o que estás dispuesta a aprender para luego hacerlas.

Cuando alguien contesta “no quiero” esta declarando que no lo va a hacer nunca simplemente porque no le da la gana y para hacer lo que nos dé la gana pues es mejor que nos quedemos en la casa.

diez. NO llores en la oficina. Haz hasta lo imposible por controlar tus emociones y en la medida de lo posible evita llorar en el trabajo, las personas que lloran demuestran poco equilibrio emocional e inmadurez.

Una cosa es llorar porque perdiste a un familiar cercano o acabas de vivir una desgracia y otra cosa es hacerlo porque cometiste un error y tu jefe te llamó la atención. Todos. To-dos la regamos alguna vez y de verdad se los digo de corazón no es el fin del mundo.

ONCE. LOS CHIQUI-SHORTS ET ALTRI . Ah como cantante o DJ dejé lo mejor para el final. Las minifaldas, los mini shorts, las blusas transparentes, los pantalones de tiro muy corto, el bra negro debajo de la blusa blanca, las blusas ombligueras (crop tops) y otras cosas “antreras” son PARA el antro.

Igual que las patas de gallo (flip flops), chanclas de hule, prendas rotas (manchadas o deslavadas) son para andar en la casa o ir a lavar el carro y no para llevarlas a la oficina.

Ah y lo mismo que la ropa de noche, el maquillaje cargado se usa en la noche, no llegues a la oficina con el look más gótico del mundo.

Yo entiendo que actualmente muchos ambientes laborales se han relajado, pero muchos otros no. Es mejor ir reconociendo el terreno y pecar de recatadas al inicio.

Nada más incómodo que te llamen la atención (el primer día) porque el escote es muy pronunciado o el largo de la falda muy corto.

Te ama con toda el alma, tu madre.

Y ya agarré vuelo, así que aquí le paro. Mejor cuéntame…

¿Qué consejos les darías a tus hijas (os) /compañeros millennials?

 

Fotografía: PEXELS



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Historias

“Ya no estás para esos trotes”.- Y otras mentiras que nos quieren vender…será verdad será mentira será la vieja del otro día día día

14 mayo, 2018
no estas vieja a los cincuenta

“¿No estás muy vieja para esos trotes?”

No. No estoy-estás-está-estamos-están.

Cada vez que alguien me hace esa pregunta me viene otra a la mente:

¿Cuál se considera la edad límite para divertirse, aventurarse, salir de la rutina, hacer algo por primera vez, encontrar de nuevo el amor, dedicarle tiempo a ese hobbie que nos encanta o en pocas palabras disfrutar de las cosas buenas de la vida?

Para ser honestas ahora que ya estamos creciditas no abundan esos escenarios en donde todo es diversión y nada es obligación.

Es por esto que me causa mucha curiosidad el hecho de que algunas personas asocian la juventud, con cosas que nada tienen que ver con la edad, conceptos que para mi son 100% atemporales.

Me gustaría que la gente que me hace ese tipo de cuestionamientos me dijera mejor:

¿Qué les gustaría que me ponga a hacer?

Tal vez consideran que como paso de los cincuenta tengo que:

*Sentarme en una mecedora a tejer todas las tardes y pararme sólo para comerme una concha con nata.

*Ver televisión el día entero y llorar porque la protagonista de la telenovela no encuentra al hijo que regaló cuando era adolescente.

*Inscribirme en un curso de tarjetería española y atiborrar a todos mis conocidos con tarjetitas que nunca van a usar.

*Tomar cursos de cosas que sabré hacer pero nunca usaré en el día a día.

Bueno pues espérenme sentados porque nooooooooooooo lo voy a hacer. En lugar de eso me puse a hacer una listado y ahí les va…

Les presento una brevísima lista de cosas que me he dado cuenta que la gente considera que son exclusivas de la chamacada.

Un reventón. Fiestas de esas épicas donde se juntan muchos amigos que tienes años de no ver y tienen hora de entrada pero no de salida.

Un viaje. Laaaaaargo que te saque de la rutina, desconozco por que los mayores solo se pueden dar escapadas de fin de semana, si como en el caso nuestro los hijos ya son mayores de edad, les aseguro que en vez de darles tristeza les dará un gusto enorme que desaparezcamos del mapa por un rato.

Un día. Consintiéndote sin hacer ni una sola cosa que te disguste, nada, na-da. Tirarte a estar es estado de contemplación es algo que creemos que solo se puede hacer/se ve bien si eres una adolescente o una niña.

Un tour. De pueblo en pueblo con mochila al hombro, así de hippie sin planear la ruta y que el mismo viaje te vaya diciendo qué es lo que sigue.

Una noche. De copas que se acabe ya entrada la mañana, de esas en las que empezabas en un bar, seguías de tour en otros dos o tres y acababas en un restaurant desayunando. Ah que tiempos…

Una pijamada. Con amigas de la infancia de esas que incluyen película de terror y comida chatarra en abundancia.

Una Novedad. Hacer algo que nunca has hecho. ¿Hace cuántos años que no tienes una “primera vez”?

Estas y tantas otras experiencias (creo yo) no tienen porque tener un límite de edad y tendemos a creer que si y sólo si tenemos juventud merecemos hacerlas y por consecuencia divertirnos.

NO entiendo por qué la diversión en estas latitudes se ve como un sinónimo de irresponsabilidad o falta de madurez.

Pero precisamente la edad que tenemos es la ideal por muchos factores tales como:

Los hijos. Ya crecieron y de cierta forma volvemos a ser solteras (o casadas sin hijos) con tiempo libre de más.

El dinero. Tenemos mayor poder adquisitivo pues ya trabajamos (desde hace rato) y no tenemos que asaltar a nuestros papás

El experiencia de los años. Sabemos a ciencia cierta lo que nos gusta y lo que no.

Los amigos. Tenemos amistades de años que son como una segunda familia y nos sirven de cómplices.

El autoconocimiento. Ya sabemos quiénes somos a dónde vamos y no nos interesa quedar bien con nadie.

El tiempo. Tenemos más tiempo para dedicarnos pues los hijos si es que son solteros ya no nos necesitan como antes.

Estas son sólo algunas de las razones por las cuales esta etapa de la vida es ideal para invertir más tiempo en el esparcimiento

Además ¿Por qué tendríamos que sacarle la vuelta a la diversión?. Después de todo vinimos a ese mundo con la única obligación de ser felices y como dice Celia Cruz  (pues la canción nunca morirá)  “La vida es un carnaval …”

 

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Fotografía: PEXELS



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Historias Moda

Rana Plaza no se olvida; Si no vives en un campo nudista este artículo es para ti

9 abril, 2018

Abril es el mes que conmemora el nacimiento de la organización denominada Fashion Revolution.

Desgraciadamente yo (y supongo que toda la generación X) crecí desconociendo el concepto del reciclado, pero como buena mexicana crecí escuchando el 2 de octubre no se olvida.

En la escuela jamás me mencionaron el impacto negativo que el plástico (y derivados), hielo seco, aerosol ( 😮 la capa de ozono), ropa, pilas, cables, celulares y en general toda la basura electrónica tiene sobre el planeta.

En mis tiempos (¡Ay mamá sal de este cuerpo!) la única contaminación de la que se hablaba en la escuela era: la del ambiente y la del agua.

Los automóviles y fábricas eran los culpables de que la calidad del aire en las ciudades fuera mediocre y la contaminación del agua generada por los desechos humanos y de algunas fábricas convertían algunos ríos en verdaderas cloacas.

Hoy en día el consumismo nos ha alcanzado, la tierra y el mar están llenos de todo lo que usamos una vez y luego ya no nos sirve y para colmo de males algunos de estos artículos tardarán años en descomponerse.

A algunos les tomará 200 años desaparecer de la faz de la tierra, a otros más.

En pleno año 2018 no sólo los vasos, los platos  y los pañales son desechables. Ahora TODO es desechable y no hay basurero que alcance para las millones de cosas que tiramos a la basura día a día.

El movimiento de Fashion Revolution se ha propuesto acabar con la ropa desechable.

¡Si eso dije! ahora también la ropa es un agente contaminante y la tragedia de Rana Plaza destapó una industria que sacrifica al grado máximo a sus empleados en pro de los precios bajos. Así que si usas ropa y alguna vez te has beneficiado de los precios bajos estarás de acuerdo que debemos de comenzar a replicar el:

RANA PLAZA NO SE OLVIDA

Hoy en día el importe de la ropa en algunas tiendas es tan bajo que fomenta el consumo indiscriminado de ropa, actualmente una prenda desquita su precio con sólo una puesta y es así como nace el concepto de la ropa desechable.

¿A quién le importa cuántas veces lo vas a usar si cuesta 200 pesos (10 dólares)?

Pero a estas alturas todas sabemos que quejarse no sirve de nada , hay que tratar de ayudar y poner nuestros 10 centavos al menos para sentir que estamos creando conciencia pero sobre todo replicando lo que vamos aprendiendo en el camino.

En este post me he propuesto hacer lo que te piden en la página del movimiento creado a raíz del colapso del edificio llamado Rana Plaza. Pasaré la voz porque todos los que no vivimos en un campo nudista y consumimos ropa, tenemos la obligación de poner nuestro granito de arena.

Estas son 5 acciones super fáciles que puedes hacer para promover la compra consciente de ropa según el movimiento de Fashion Revolution en México.

UNO. Preguntarnos si lo necesitamos. Hoy en día los precios son tan bajos que nos hacen caer en tentación y comprar lo que no necesitamos. Cada vez que veas algo muy, pero muy barato y quieras comprarlo pregúntate si realmente lo necesitas. Yo empecé a hacer eso hace un año que descubrí esta organización.

La eco activista Livia Firth sugiere que te cuestiones si lo vas a usar al menos 30 veces, si no no lo compres. Yo me espanté cuando leí cuantos miles de disfraces de halloween se venden y se usan sólo ese día y después la gente no los guarda ni los regala ni los vende ni los dona ¡los tira a la basura!

DOS. Comprar en tiendas vintage o de segunda mano. Esto promueve el re uso de ropa pues hay personas que van y donan o venden en esas tiendas lo que ya no quieren. Así la ropa entra en un vida de reciclado y nosotros ayudamos a la persona que compró algo y luego no le gustó o no le quedó bien, ayudamos a nuestra economía con precios mucho más bajos y finalmente ayudamos al planeta.

Esta debería ser nuestra prioridad pero para que nos hacemos “money talks”. Otra alternativa que entraría en este renglón sería rentar lo que sólo vas a usar una vez como los vestidos de fiesta, disfraces, tuxedos, etc.

tres. Intercambiar ropa es algo que no se usa entre adultos por estas latitudes, más bien los “gallitos” van siempre de una persona a otra. Los hermanos mayores siempre le dan a los menores por ejemplo, pero podríamos empezar esta práctica con amigas y hacer meriendas donde lleves unas dos o tres cosas que ya no uses.

cuatro. Donar nuestra ropa es otra cosa que podemos hacer, llevarla a instituciones de beneficencia, asilos, casa hogar para niños en situaciones vulnerables y últimamente a las varias casas del migrante que han surgido por nuestra ciudad.

La ropa no debe acabar en la basura pues contamina. La tienda H&M se ha unido al reciclaje y te da un 20 por ciento de descuento si llevas 5 cosas que ya no uses. Pueden ser calcetines, una bufanda, lo que sea. Sólo entrégalo en caja antes de pagar para que te hagan el descuento.

cinco. Comprar productos artesanales que fomentan la manufactura más responsable y no fueron fabricados masivamente.

Yo por lo pronto este mes en mi sección del LDD (Look Del Día)  les compartiré ropa que he comprado en tiendas como Humana, además les mostraré algunas cosillas que me ha regalado mi hermana y a las que les he dado un segundo aire para que sigan en el ruedo unos años más.

Y  pues ya fue mucho rollo, así que  ACTA NON VERBA, ahora les toca a ustedes decidir por dónde van a empezar a ser agentes de cambio.

Yo por lo pronto le mando una felicitación a H&M por empezar con acciones tangibles que poco a poco permean en la sociedad y crean una nueva mentalidad; Aparte nos benefician con un descuento a todos los que empecemos con esta práctica de reciclar nuestra ropa.

Todos TO.DOS la usamos así que todos debemos entrarle a esta REVOLUCIÓN.

 

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Fotografía: fashionrevolution.org



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Historias Moda

La increíble y triste historia de la (cándida) cincuentona y su lencería (desalmada)

26 marzo, 2018
La lenceria de una cincuentona

​Así como todavía le hablo de usted a la compu, a mi celular, a el apple TV y a muchas otras obras de arte de la tecnología, a la lencería también le sigo hablando de usted .

La conozco de vista y todavía no nos tuteamos principalmente a que no me he dado tiempo de tratarla para poder conocerla más a fondo.

He de confesar que gran parte de esa actitud obedece a que me he dejado llevar por chismes y rumores de amigas que me han contado todo tipo de cosas acerca de ella.

*Que la que vale la pena es muy cara.

*Que es chifladita y necesita mucho mantenimiento.

*Que las tallas son muy reducidas y la más grande equivale a un XS.

*Que estás condenada a lavarla siempre a mano.

*Que lo que tiene de hermosa lo tiene de incómoda.

*Que sólo se le ve bien a las que tienen cuerpower. Etc, etc.

Así que poco a poco fui decidiendo que lo mejor sería que yo me dedicara a usar ropa interior genérica y le dejara la lencería a las Angelitas de Victoria’s Secret y a las modelos de La Perla entre otras.

Pasaron los años y aunque he comprado una que otra pieza de lencería para darle una renovada al cajón de la ropa íntima pero sobre todo darle una refrescada a el espíritu, el paso de los años me ha dejado estas enseñanzas acerca de los undies.

La increíble y triste historia de los TOPS y BOTTOMS.

En mi caso lo que va abajo de la cintura (bottoms) se puede fácilmente comparar a una historia de suspenso mezclada con terror psicológico que raramente tendrá un final feliz, así que cada vez apuesto menos por las piezas caras.

Casi nunca le atino al corte, tela, talla, grado de compresión y estilo; No entiendo ¿Por qué cada marca maquila como le da la gana?

Tengo el cajón lleno y no sirve de nada porque siempre termino usando las mismas tres panties, SIEM.PRE.

Si están sucias mis consentidas, me pongo a fuerza las que no me caen tan bien y pago caro la osadía.

Esos días son miserables porque ando incómoda desde que amanece hasta que anochece, unas me aprietan, otras se me caen o conforme camino se me van trepando o deslizando según sea el caso. ¡Ay no que circo!

Por si fuera poco mis conse duran menos pues resienten el uso indiscriminado y en poco tiempo quedan más gastadas que los trapos de una cocina industrial.

Las del otro equipo las ven con lástima cuando se las topan en el cajón de la ropa interior, las muy infelices siguen como nuevas, con el tejido y color intacto como si las acabara de comprar. ¡No es justo!

Mis preferidas lo son por la única razón de que por obra de la casualidad me quedaron bien, le atiné sin hacer absolutamente nada extraordinario. Eso que literalmente por estas latitudes se conoce como “chiripa”.

Obvio que esta situación tan ridícula y frustrante se debe principalmente a que las panties no se pueden probar, o al menos no tan bien como otras prendas pues en algunas tiendas te piden que te las pruebes sobre tu ropa interior 🙄.

En otras donde si te dejan hacerlo la gente no lo hace por obvias razones y el resultado viene siendo el mismo. En pocas palabras:

Compras la ropa interior a ciegas y haces changuitos para que te quede bien, porque para colmo de males tampoco se puede cambiar.

Ahí esta el detalle como diría Cantinflas. ¿Cómo dar en el blanco con los ojos cerrados?

Con los tops mi historia es menos dramática, aquí nunca he batallado porque cualquiera me sirve, aunque no cualquiera me queda bien.

No llegue temprano a la repartición así que me tocaron las rebanadas delgadas del pastel que ya se está acabando pero tiene que alcanzar para todos, me dieron una probadita que me dejó satisfecha.​

¿Me pondría implantes? Nahhhhh.

No quisiera cargar un peso que me curve la columna en unos años más, así como tampoco podría renunciar a dormir boca abajo, correr y a seguir comprando bras en la sección de juniors jajaja.

Claro que también aquí tengo mis preferidos y me pasa lo mismo que les comentaba antes, tengo muchos y SIEMPRE uso los mismos tres o cuatro pues son los más cómodos.

Casualmente a veces son los más feos (y gastados) que tengo argggghhhh nadie ni nada en este mundo se salva de la ley de Murphy…🙄

Entonceeeeees después de analizar el costo beneficio de la lencería y de darme cuenta que no hay más opción que jugar un poco a “pónle la cola al burro” lo que hago ahora es:

UNO. Probarme todo inmediatamente después de comprarlo.

DOS. Fijarme muy bien en la marca y la talla de lo que me queda bien (le tomo foto con mi cel) y compro lo mismo hasta que lo sacan del mercado.

¿Les suena aburrido? lo es, pero al menos no tiro el dinero en bras y panties que no voy a usar nunca.

Como ya se imaginarán, por temporadas mi cajón parece el clóset de un asesino en serie que tiene mucha ropa pero toda es de un mismo color y una misma forma.

Ya sé lo que están pensando -menos mal que lo aprendió un poquito antes de empezar a usar pañales – jajajajaja y si

¡Estoy completamente de acuerdo con ustedes! 😬

Pero bueno como dicen ambos refranes nunca es tarde y la esperanza es lo último que muere.

Y Tú  ¿Con qué parte batallas más? ¿Con la de arriba? ¿Con la de abajo?

O de plano estás en la lona y sufres con las dos 😠

 

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Fotografía: PEXELS:

Fotografía: E.Alanís



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Historias

No puedo morirme sin hacer esto primero…

19 marzo, 2018

Últimamente tengo la sensación de que el tiempo vuela, con algunas raras excepciones como los domingos de invierno (que parece que los editan y los dejan en cámara lenta) siento que los días, meses y años duran menos que cuando yo era niña.

Como diría mi mamá “Ya las cosas no duran como antes porque no las hacen como antes”. 😜

¿O es que acaso no les ha pasado que acaban de llegar de vacaciones de verano y de pronto ya están comprando el pino de Navidad?

Siento que no hay pausas entre una festividad y la otra. Todavía no se me baja la panza de tanto que comí en vacaciones, cuando ya estoy en la fiesta del 16 de Septiembre dando el grito de independencia y no he acabado de gritar cuando ya tengo que preparar lo que voy a dar de Halloween.

Pasado Halloween entramos en una espiral donde agarramos vuelo y no paramos ni para agarrar aire hasta el día de San Valentín.

Y digo San Valentín porque ya no soy una adolescente que se preocupa por encontrar el regalo perfecto para el novio (a), entonces esta festividad como que para mi no existe y aquí si me tomo un merecido BREAK.

Yo creo que esta percepción obedece a que cuando éramos niñas teníamos pocas obligaciones y ahora que tenemos tantas cosas que hacer el día se acorta considerablemente. A mi me encanta que los días vuelen, siempre y cuando no estemos en el mes de Julio. 

Siempre quiero que sea verano y todo el tiempo estoy esperando con ansías locas que lleguen las vacaciones, pero el resto del año quisiera que los días duraran 48 horas y el año tuviera 24 meses para poder hacer un montón de cosas que tengo en mi lista de pendientes.

El título de la lista dice así:

Cosas que quiero hacer antes de checar tarjeta por última vez

Bueeeeeno la lista es tan larga que ya tiene subdivisiones en las divisiones, en este post les voy a compartir las que van de mano porque son las que tienen más antigüedad.

Hay cosas que:

  1. Quiero hacer pero siento que ya pasó el momento.
  2. Quiero hacer pero no puedo porque algo me lo impide.
  3. Quiero pero me dan miedo.
  4. Quiero pero no sé cómo hacerlas.

Quiero pero siento que ya pasó el momento. ¿Por qué? No sé…Hay tantas cosas que no me he atrevido a hacer que creo que lo que me queda de vida no me va a alcanzar para llevarlas a cabo.

Y la verdad no es porque me piense morir mañana si no que a veces me pongo a analizarlas detenidamente y llego a la conclusión que si a mis cincuenta años no he encontrado el valor suficiente para hacerlas, ya no lo voy a encontrar jamás.

Aquí les van algunas cosas que no me atrevo a hacer: vestir un LOOK con calcetas al tobillo, usar medias de malla con raya atrás, brassiere negro con blusa blanca semi transparente (amo como se ve), hacerme un tatuaje con tinta blanca, hacerme un piercing en la parte alta de la oreja, y algunas otras cosas que me muero por hacer pero considero que son muy atrevidas transgresoras para una “ñora”.

Que quede asentado en el acta dije: que yo CONSIDERO y no que SON.

Quiero pero no puedo porque algo me lo impide. En esta categoría entran casi todas las cosas que quiero hacer y sólo me falta el dinero para hacerlas, tales como:

Ver la aurora borealis, ir a un safari fotográfico, dormir en una casa ubicada en la copa de un árbol, pernoctar en el hotel de hielo, dormir en el desierto del Sahara o en el de Atacama o en algún desierto, visitar las 10 bibliotecas más grandes del mundo, correr uno que otro maratón en un lugar lejano y exótico, etc.

En esta lista también se hallan todo tipo de experiencias y excentricidades exclusivas de las celebridades millonarias.

Quiero pero tengo miedo. Bueno esta está mas clara que el agua y más confusa que nada. Si quiero, en verdad que si pero el miedo me paraliza. Esas cosas como:

Nadar con el tiburón ballena, subirme a un globo, tirarme de un bungee, tirarme en paracaídas, hacer el recorrido de matacanes y correr la carrera de guachochi por ejemplo.

Son experiencias que me muero por vivir, deseo experimentarlas en carne y hueso.

¡no quiero que me las cuenten!

Y lo peor es que he tenido oportunidad de hacer una que otra pero el miedo me hecho dar vuelta en U.

Quiero pero no sé cómo. Esta categoría debería estar junto con la segunda pero como hoy en día se pueden aprender muchas cosas gratis como leyendo o por medio de videos en internet, no puedo decir que el dinero es lo único que me impide hacerlas:

Quiero hablar francés, portugués, tocar el piano, ser un as con la computadora, saber usar photoshop y muchos otros programas de arriba a abajo.

Todo lo anterior requiere de una inversión monetaria y de algo que no cuesta dinero pero que requiere mucho esfuerzo.

La dedicación.

Aquí el factor determinante no sólo es el poder adquisitivo si no el tiempo. Y como todas sabemos el tiempo es oro.

La disposición y sobre todo el enfoque es algo que necesitamos para poder volver todos y cada uno de nuestros propósitos en algo tan.gib.le.

Así que saca un lápiz, papel y “ACTA NON VERBA” (hechos no palabras) que entre más pronto empecemos a tachar cosas de esa lista, más pronto vamos a terminar.

¿Cuántas cosas tienes en tu lista?

 

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Fotografía: PEXELS



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Historias

No me gusta estar en casa

12 marzo, 2018

La mayor parte del tiempo para mi estar en casa es sinónimo de estar encerrada y literalmente siento que estoy cumpliendo una condena.

Estoy segura que por ahí afuera hay más de una que igual que yo no es muy hogareña y para describir este síndrome con las palabras de mi madre “le pica la casa”.

Para huir de esta situación :

*Trabajan (fuera de ella).

*Viajan pues las vacaciones (sin salir fuera) son un castigo.

*Buscan siempre tener la agenda llena de cosas que hacer.

*Nunca (o casi nunca) hacen reuniones en su casa.

*Hacen deporte u otras actividades que las mantienen “al aire libre” el mayor tiempo posible.

Y en general se las arreglan para estar en casa lo menos que se pueda.

Hace poco platicaba con un amigo que viaja mucho y me decía que su trabajo le gustaba precisamente por eso, porque a él no le gustaba estar en casa. Yo le contesté “a mi tampoco, pero en ti se ve bien y en mi se ve mal” y todo por el sexo con el que nos tocó nacer .

Tenemos tan arraigada la imagen de la mujer hogareña que nos es muy difícil considerar siquiera la posibilidad de que haya una que otra que se sienta encarcelada si no sale de esas cuatro paredes todos y cada uno de los días.

Lo mismo sucede para el “otro lado” y cuando conocemos a un hombre al que le gusta el hogar lo vemos como bicho raro, algo que esta completamente fuera de lugar. A los hombres les debe de encantar salir y a las mujeres quedarse en casa punto.

Tal vez sea porque amo los espacios abiertos y la luz. Me gusta sentarme en las terrazas cuando voy a un restaurante o en su defecto cerca de un ventanal, aún cuando estoy adentro quiero sentir que estoy afuera.

También soy gregaria, me encanta ver gente y aunque dicen que el ser humano no es completamente gregario ni solitario a mi me cuesta trabajo estar más de un día sin salir ni hablar con alguien.

Claro como todos los seres humanos soy contradictoria, hay espacios de y momentos en mi casa que amo. Si hablamos de momentos me gusta estar en casa cuando llueve.

Si hablamos de lugares mi rincón de lectura y mi escritorio son lo que más disfruto, aquí les comparto una imagen de ese sacrosanto lugar.

Tomé esta foto justo en el instante en que me di cuenta cuanto disfrutaba estar aquí, esta imagen fue captada a las 6.00 a.m. de el 17 de noviembre de 2017.

A estas horas durante el fin de semana en invierno el silencio es total.

La calle, el parque frente a mi casa y todo alrededor parece estar muerto, deshabitado y este mutismo crea un atmósfera ideal para que las personas como yo (con déficit de atención) se puedan enfocar.

Esas mañanas son sublimes porque me permiten leer o escribir sin interrupciones, no cambiaría la compañía de mi taza de café, mi compu o mi libro por nada en este mundo. Bueno por un viaje a lo mejor si 😀.

Mi rincón de lectura esta justo al lado de mi escritorio, aquí tengo los libros que estoy leyendo (dos por lo general) un banco donde acomodar las piernas y un difusor donde quemo un aceite que impregna la sala con un olor a sándalo o a cualquier otro aroma hippioso.

Montado el escenario y ya acomodada en mi sillón abro mi libro, le doy el primer sorbo a mi café y voilá.

Emprendo el viaje y no sólo salgo de mi casa si no que en menos de dos segundos estoy en otra ciudad, en otro continente y con tantita imaginación en otro mundo.

¡Claaaaaaro! Ahora caigo en cuenta por que me encanta este lugar 😏

¿Cuál es el lugar favorito de tu casa (la cama no cuenta jaja)?

 

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Fotografía: PEXELS

Fotografía: E. Alanís



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Historias

Felicidades en tu día

8 marzo, 2018
Dia internacional de la mujer 2018

¡Hoy es el día internacional de la mujer y quiero felicitar a todas las mujeres del mundo 🍾 !

Este día se celebra a la mujer aunque el logro que se tiene en mente (total igualdad de género) esté muy lejos de alcanzarse. La meta es gozar de un 50/50 en todos los ámbitos pero sobre todo el laboral para el 2030.

¿Cómo podemos ayudar a lograrlo? Fácil. Empezando por el principio como dice mi mamá, en casa.

*Diciéndole a nuestras hijas que conseguir marido no equivale a tener un plan financiero.

*Motivando a todas nuestras conocidas para que busquen realizarse por medio de una profesión que les aporte significado a sus vidas.

*Criando hombres y mujeres feministas (no hembristas).

*Desarraigando el machismo que impera en la formación que se da a hijos e hijas por igual.

*Alentando a todas las niñas del mundo a estudiar y valerse por si mismas.

*Conocer el valor de el trabajo no remunerado (esencial para la economía del hogar y el mundo) que en su mayoría es desempeñado por mujeres y reconocer que es algo que impide que muchas mujeres tengan un empleo formal y más adelante una pensión para que los gobiernos hagan algo al respecto.

Hay tanta labor por hacer que da material para mil posts que ya escribiré en un futuro, hoy solo quiero felicitarlas y desearles que pasen este día rodeadas de las mujeres que más significado le dan a su vida.

¡Arriba el GIRLPOWER 👠👗💄💋!

 

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Historias Vida Sana

¿Pasas de los cuarenta y cinco? Ya es hora de que gastes en esto.

26 febrero, 2018

Todavía no me he dado el tiempo necesario para ponerme a pensar por qué nos cuesta tanto gastar el dinero en nosotras mismas.

Yo nunca dudo en comprar cosas aun cuando muchas de ellas no las necesito.

Basta con que alguien me muestre un catálogo para que yo escoja (queriendo o no) algo y lo compre, sin embargo hablando de gastar el dinero en uno mismo también hay cosas que son imprescindibles y otras que no lo son tanto.

Además ya llegamos a una edad en las que por ejemplo, la salud y la paz interior deben de convertirse en una prioridad.

En este post te comparto 5 cosas en las que nos conviene “soltar la lana” en nuestra persona, estos rubros son una inversión a largo plazo, no los deberíamos de ver como un gasto NUNCA, así que (redoble de tambores)

Las 5 cosas en las que conviene invertir si pasas de los cuarenta y cinco.

 

Conocimiento. Por ahí hay una frase que dice el conocimiento es poder. Nunca te vas a arrepentir de gastar en aprender, porque es precisamente la educación la que nos permite tener una mejor calidad de vida en todos los sentidos.

Salud. Más vale prevenir que lamentar. No conozco a nadie que quiera vivir enfermo, sin embargo conozco a mucha gente que no cuida su salud y lo que es peor atentan contra ella, tomando o fumando en exceso. Esta etapa es la ideal, pues como ya lo he dicho antes, los hijos ya crecieron y tenemos más tiempo para dedicarlo a cuidar de nosotras mismas. Nunca te vas a arrepentir de gozar de buena salud.

Metas personales. Esta es una inversión que a veces no cuesta dinero en efectivo pero que puede costar esfuerzo a nivel personal. Fijarte metas constantemente te mantiene enfocado en perseguir un bien ya sea a corto, mediano o largo plazo, pero sobre todo te aleja del aburrimiento y la rutina.

A mi me gusta ponerme metas a corto plazo, para ser exactas 30 días.

Hago retos de ejercicio y aunque rara vez los cumplo (me da pena confesarlo) me sirven mucho para estar siempre buscando la mejora continua.

He comenzado retos de yoga, abdominales, aprender idiomas, mejorar mi técnica de lectura, etc.

El internet esta lleno de estos retos, busca algo que te llame la atención y prueba a ver si eres capaz de terminarlo.

Estilo de vida sano. Esta es otra inversión que siempre te dejará buenos rendimientos. Comer bien, dormir un mínimo de 8 horas diarias, no consumir alcohol, drogas, medicamentos controlados,hacer ejercicio, etc.

No tardarás mucho en ver los frutos de llevar este estilo de vida, prueba sólo unas semanas y verás.

Higiene mental. Quién no quisiera parecerse tantito aunque sea un 1% al Dalai Lama y estar siempre con esa sonrisa y esa paz interior. Todos necesitamos tener una mente sana para poder funcionar, es algo así como darnos mantenimiento por dentro para evitar sacar al pokemón que todos llevamos dentro.

Recordemos que nosotras somos el proyecto más importante de nuestras vidas, nosotros y nadie más.

La próxima vez que vayas a gastar en algo externo, recuerda que la mejor inversión eres tú.

 

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Fotografía: PEXELS



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Historias Vida Sana

Un retiro de silencio por favor

12 febrero, 2018
retiros de silencio

No sé a que se deba pero un día me levanté con ganas de no escuchar nada ni a nadie.

Me vino a la mente el recuerdo de un día de mi vida en el amanecí en un departamento que había rentado para vacacionar y puedo evocar como si fuera ayer, la paz que sentí al estar rodeada de un silencio absoluto.

Me embargó un sentimiento de dicha plena e incluso me dieron ganas de llorar de felicidad.

Reconocí que tenía años de no estar sola, al menos por muchas horas y ese mañana comprobé que mi cuerpo, mente y espíritu necesitaban de ese espacio. Me di cuenta que tenía hambre de disfrutar de mi propia compañía.

Desde aquel día he estado coqueteando con la idea de hacer un retiro de silencio, poco a poco la curiosidad se ha vuelto un interés y este se ha ido convirtiendo en una necesidad.

Empecé buscando artículos en internet que me ilustraran al respecto y me topé con muchos muy informativos. 

Hay varios bloggers que escriben sobre meditación, también sobre lo que hoy en día se ha puesto tan de moda y que se conoce como mindfulness.

Casi todos han hecho varios retiros de silencio pues es una práctica muy común para ellos.

¿Cuales son los beneficios de un retiro de silencio?

Buscando retiros de de este tipo por acá por mis rumbos, comprobé que desgraciadamente no hay mucha oferta, casi todos los retiros que aparecen en la web están cruzando uno o varios charcos…

Hay uno en Querétaro, pero no se organiza con mucha frecuencia y nuestras fechas nunca han coincidido.

Desde que amanecí con esa inquietud he leído al respecto y al parecer un retiro de este tipo tiene muchos beneficios para nuestra salud e higiene mental.

Según los expertos (entre ellos no estoy yo) esto es lo que lograrás si pasas un tiempo en el más absoluto silencio:

1.Conocerte mejor.

2.Desarrollar la paciencia.

3.Agradecer.

4.Tener experiencias de meditación profunda.

5.Cuidar el cuerpo.

6.Alinearte con lo que más me importa.

7.Claridad mental y visión.

8.Paz interior.

9.Purificación física, emocional y mental.

10.Descanso a través de la calma.

11.Fortalecimiento de la voluntad.

Lo más maravilloso de todo esto es que hay páginas (aquí) donde te dan unos lineamientos muy básicos para hacer un retiro de silencio en tu casa. 

Puedes alcanzar algunos de estos beneficios sin la necesidad de desplazarte o gastar dinero, así vas viendo si te interesa ahondar en el tema o en la experiencia en sí y después buscar uno más formal que te interese.

Yo por lo pronto seguiré buscando y cuando lo haya hecho les platicaré acerca de esta experiencia a la que le traigo ganas desde hace ya 9 años.

¿Y tú de que traes ganas desde hace tiempo?

 

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Fotografía: PEXELS



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