Categorías: Historias

Cumplir sueños, no años

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Últimamente nadie quiere cumplir años, cuando digo esto me refiero a mis amigas y el grupo de conocidos que tienen más o menos mi edad.

Sólo una de mis amigas (m.f) disfruta su cumpleaños y no sé a ciencia cierta si le encante tener un año más, o si en realidad disfruta al máximo tener la excusa perfecta para hacer una fiestón, el hecho de planear su celebración de cumpleaños la hace feliz, y esto último es lo más importante.

 

Yo creo que si cada año que pasamos en este mundo nos enfocáramos en cumplir sueños no le sacaríamos la vuelta al paso del tiempo. Los sueños son lo que le da sentido a nuestra existencia y  todos los días debemos hacer algo que nos acerque a verlos realizados. 

Recuerdo que hace un par de años platicaba con una amiga (e.h) y me decía:

 

“Es que yo realmente siempre he querido escribir, pero no encuentro trabajo haciendo eso”.

A lo que le contesté: “¿Quieres escribir o que te paguen por escribir?… Si quieres escribir escribe, con el tiempo y la práctica vas a encontrar trabajo de escritora, si no ya hallarás la manera de publicar, pero mientras eso sucede estarás haciendo algo que te apasiona”.

 

Cuando hacemos algo que nos encanta, algo que nos llena el espíritu yo creo que somos mínimo, un 10 por ciento más felices, como dice el libro 

¿Quién dijo que se debe de pintar un gran cuadro, aprender un idioma, dominar un instrumento o escribir un libro antes de cumplir 30?

Tenemos toda una vida para hacerlo y esta etapa es ideal para retomar nuestras pasiones, todo aquello que debimos dejar en pausa para dedicarnos a otras cosas.

 

Es ahora cuando en lugar de dedicarnos a extrañar el pasado podemos ver con mucha curiosidad el presente y el futuro.

A estas alturas del partido darnos gusto y ponernos de prioridad es algo que finalmente no se verá como un pecado capital.

Llegó el día (¡Si, después de años por fin llegó!) en el que te puedes dar el lujo de ir a ver una exposición, de ahí pasarte a el teatro y luego a cenar.

Así es, todo eso y sin aguantar la mirada reprobatoria que te echaba tu madre cada vez que te cuidaba a tus hijos.

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Sin pronunciar una sola palabra te hacía sentir culpable y ese contacto visual que en realidad no duraba más de dos segundos terminaba mágicamente acompañándote durante toda la velada.

Llegó ese momento tan esperado en que puedes entrar al cine a ver la película que te gusta a ti y no a tus hijos, así como se acabó la tortura de ver el mismo show infantil 3 veces a la semana porque en todos los cumpleaños te lo recetaban.

Es ahora o nunca, planea ese viaje con amigas , tómate tu año sabático y vete de mochilazo, toma ese curso en el extranjero, asiste a ese retiro.

Es hora de hacer esas cosas que planeaste hacer en tu juventud y que se quedaron en veremos porque se te atravesó la vida y con ella todas las obligaciones del mundo.

Dedica las tardes a tocar tu instrumento favorito o las noches a estudiar una segunda carrera, muchas de nosotras nos dimos cuenta de cuál era nuestro llamado ya cuando terminamos la facultad.

Esta etapa de la vida es la ideal para muchas cosas, pero se nos olvida que hace unos años añorábamos tener más tiempo para dedicarlo a cultivar intereses que forzosamente tuvimos que dejar en el camino.

 

¡Ahora es cuando! Cada año que comienza enfócate en cumplir sueños y no sólo años. 

 

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Fotografía: PEXELS
 
 


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