Vida Sana

Endulzantes saludables

17 noviembre, 2022

Ahora que ya llegó el otoño y lo único que quiero hacer es tomar café y chocolate caliente, me propuse escribir este post, que llevaba de borrador un buen rato.

Me decidí porque la época del pancito dulce ya está encima, porque tengo años a dieta y porque a todo le pongo splenda.

Y es que si tu llevas treinta años a dieta como yo, para esta alturas del partido te habrás dado cuenta que el azúcar y el demonio 😈 son casi la misma cosa.

Las nutriólogas, los instructores del gimnasio, y todos los que se dedican a “convencernos” de controlar el peso, recomiendan que (si puedes) no la voltees ni a ver, y son capaces de pedirte que le pongas Ajax Amonía a las cosas, antes de echarles azúcar jajaja.

Y ya sé que estoy exagerando, pero hay veces que así lo siento.

Entonces volviendo al tema, si tienes años cuidando lo que comes, y has probado todos los endulzantes sin calorías que han salido al mercado, ya te habrás dado cuenta que saben medio raro.

Yo he probado la sacarina, estevia, aspartame, xilitol, eritritol, todos los que terminan en ol y últimamente varias marcas que claman ser monk fuit al cien por ciento, y tooooooodos son la misma cosa.

Sabor dulce con algo…y no niego que no sé que será ese algo, pero como dice Doña Silvia Pinal, acompáñame a ver leer esta triste historia y dime si te saben igual.

La Sacarina. Arghhhhh me recuerda el sabor horroroso de la Tab y eso que la tomé unas dos veces y no pude más, preferí engordar lo que fuera, a tomarme esa cosa que me sabía a jarabe para la tos.

El Stevia. Este se supone que es una planta y es muy natural, pero me deja un sabor amargo en la lengua, así que tampoco pasó la prueba de los endulzantes, pues para mi lo dulce y lo amargo son opuestos.

 

El Aspartame. De este no puedo hablar tan mal porque con este me casé hace unos diez años o más, pero tal vez sea que ya llevamos mucho tiempo juntos y por eso le he empezado a encontrar defectos.

El hecho de que cada vez necesito más cantidad para endulzar las cosas, me hace pensar que ya se esta convirtiendo en una adicción y también el malestar estomacal que me da el abuso, así que es hora de pensar en una separación, al menos temporal.

El Eritritol. Con este me pasa algo raro, y es que no siento que endulza. Por más que le pongo no me saben dulces las cosas, así que tampoco se trata de echarle media taza de Eritritol a cada café que me tomo. 😥

 

 

El Xilitol. Lo mismo que el Eritritol, será que son primos hermanos o será el sereno, pero para mi no endulza mucho.

El Monk Fruit. No llevo mucho probando el monk fruit porque lo descubrí hace dos años, pero si he probado el extracto cien por ciento puro y no me gustó nada.

Tiene un dejo amargo como todos y tristemente no resultó la solución a mi problema.

Pero no todo está perdido, porque hay una marca que no es monk fruit puro, pero tampoco tiene calorías y si sabe a azúcar.

 

Aquí te dejo a ¡la ganadora! por si la quieres probar, ésta es muy dulce, no deja sabor amargo al final y tiene una consistencia y aspecto igualito al azúcar.

 

Mientras tanto seguiré buscando endulzantes que sepan a dulce y no a endulzante, pues ese sabor ya me dio en cara, pero estoy obligada a seguir con la misión, porque amo el café y odio el café negro.

A partir de hoy, me voy a dedicar a probar las mieles orgánicas que tienen menos calorías que el azúcar, y se supone que hacen menos daño porque no son refinadas, me informaré al respecto y ya que me haya documentado, te contaré por medio de este blog

Porque el placer de tomar mi café matutino, no es algo negociable y si tengo que volver a usar azúcar y subir un kilo, dos o diez pues…

Que Así Sea.

 

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Foto de Artem Podrez: PEXELS.



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