Historias

Lo bueno de ventilar intimidades.

22 junio, 2020

Antes de empezar a escribir en este blog, yo seguía blogeras que escriben sobre temas enfocados a las mujeres mayores de cuarenta.

Confieso que los hallé buscando inspiración en el apartado de la moda, pues todavía sigo sin querer vestirme como mi mamá, aunque irremediablemente vaya a parar ahí en diez o quince años jajaja.

Pero en fin…les cuento esto porque …visitando frecuentemente estas páginas web, me volví ávida consumidora del contenido en linea, ya que a mis ojos ilustra, informa y además no cuesta.

Aparte era una novedad que por fin por fin por fin la modelo tuviera mi edad y hablara de cosas que me estaban pasando en la actualidad y no de escenarios que pisé en los ochentas.

Claro que también me encantaba leer de cremas anti arrugas, tratamientos para cuestiones de la menopausia, tintes para cubrir las canas, estilo de vida, cocina, etc. pues todo estaba pensado para las mayorcitas como yo.

Y pues de tanto leer me imaginé escribiendo y muy pronto comencé a poner atención a sus consejos de escritura, pues en esto si me considero nuevecita.

Tomé muchas notas y recuerdo que la mayoría recomendaba no ventilar intimidades, y aunque esto en un principio se me hizo de lo más normal, me di cuenta que tal vez esa era la razón por la cual el contenido giraba más en lo de afuera que lo de adentro.

Después de un tiempo y ya cuando tenía esta página, decidí hablar de cosas personales que sé que no me suceden sólo a mi, pero le pensé bien y decidí no hacerlo para no ser políticamente incorrecta.

Y aunque reconozco que las teorías dicen que no se deben tratar cosa intimas porque:

  • Hay que proteger la privacidad de la que escribe.
  • Puedes afectar (sin querer) a la familia.
  • Ninguna lectora quiere saber por lo que estas pasando.
  • Son cosas tan personales que la mayoría de las lectoras no se sentirán identificadas, etc.

Creo sin embargo, que un buen artículo no siempre debería tratar temas en general.

Porque aunque no seamos expertas en la materia, tengamos un Ph.D. o treinta y cinco años de experiencia en el campo, podemos compartir nuestras experiencias y nuestros sentimientos, que también son muy válidos.

Escribir sobre belleza, moda y estilo de vida son el ejemplo perfecto de tópicos que nos interesan a todas y no sólo a la que decide sobre qué escribir.

¿Pero qué hacer cuando esas sensaciones que me habitan sólo a mi, y que son tan personales vienen resultando ser más universales que Youtube?

Cuando compartir un “asunto privado” en una reunión de amigas, sirve para ayudar a todas las que de “casualidad” andan en las mismas.

Que hay de malo en decir que YO tengo miedo de tomar hormonas si otras tres van a decir “YO también”.

Si comento que con este genio ni yo sola me aguanto, no falta la que diga “yo tampoco”.

Y es que siempre oigo que si no eres famosa a nadie le importa por lo que estás pasando…pero yo siento exactamente lo contrario.

¿A quién beneficia no hablar de lo que no se ve pero se siente?

De lo que traigo dentro y está a punto de salir como el agua de un géiser.

¿O cómo se supone que podríamos ayudar a alguien sin saber que esta atravesando por un mal momento?

¿Cómo recomendarle un psiquiatra a la amiga que jamás nos contará que está deprimida.?

¿Cómo referirla a una clínica de adicciones si no nos confía que es ludópata?

Yo creo que ser mujer va más allá de comprar ropa, zapatos, bolsas, carteras, alfombras, tapices, candiles, etc…

Y comprar es maravilloso, yo amo pedir cosas por internet y si una blogera me ahorra horas surfeando la web al recomendarme un producto que resultará ideal para mí, perfecto.

Si cubre una necesidad que tengo lo compraré, le agradeceré la recomendación en su blog y asunto arreglado…gana ella y gano yo.

Hastaquí vamos muy bien…peeeeeeeeero.

Ser mujer también es explotar el instinto maternal que la naturaleza nos dio y usarlo para crear comunidad queriendo, cuidando y ayudando a nuestras amigas, hermanas, compañeras de trabajo, vecinas, etc.

Incluir el aspecto humano y conversar de todo lo que no se ve pero se vive y siente a esta edad, es una necesidad, repito, es una necesidad.

Y no digo que no existen, porque hay blogs como Muy Mery y De qué tiene hambre tu vida que son una muestra de contenido maravilloso que está escrito justamente para nutrirte por dentro.

Pero yo quiero más más más, porque quisiera que la problemática que tratan estuviera más acorde a la edad por la que estoy pasando.

Por eso, de vez en cuando me permitiré compartir intimidades y seguiré por este camino mientras crea que de algo sirve.

Porque para empezar, necesitamos saber lo que esta viviendo la otra para ser más empáticas y poder ofrecerle nuestra ayuda.

Hay que hacer equipo y ayudarnos a que esta etapa de transición nos impacte de la mejor manera posible.

Dejen comentarios en el blog porque sus palabras pueden ser “oro molido” para nosotras…algo que ustedes ven muy normal, puede ser un descubrimiento invaluable para sus lectoras.

Así que hagamos sinergía ladieeeeeeees, empecemos creando comunidad, ayudando, dando la mano a las que vienen detrás y siguiendo los pasos de las que van adelante.

Ese dicho de “mujeres juntas ni difuntas” es de la época de la calavera, el siglo XXI es de las “mujeres juntas” punto final.

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