Últimamente tengo la sensación de que el tiempo vuela, con algunas raras excepciones como los domingos de invierno (que parece que los editan y los dejan en cámara lenta) siento que los días, meses y años duran menos que cuando yo era niña.
Como diría mi mamá “Ya las cosas no duran como antes porque no las hacen como antes”. 😜
¿O es que acaso no les ha pasado que acaban de llegar de vacaciones de verano y de pronto ya están comprando el pino de Navidad?
Siento que no hay pausas entre una festividad y la otra. Todavía no se me baja la panza de tanto que comí en vacaciones, cuando ya estoy en la fiesta del 16 de Septiembre dando el grito de independencia y no he acabado de gritar cuando ya tengo que preparar lo que voy a dar de Halloween.
Pasado Halloween entramos en una espiral donde agarramos vuelo y no paramos ni para agarrar aire hasta el día de San Valentín.
Y digo San Valentín porque ya no soy una adolescente que se preocupa por encontrar el regalo perfecto para el novio (a), entonces esta festividad como que para mi no existe y aquí si me tomo un merecido BREAK.
Yo creo que esta percepción obedece a que cuando éramos niñas teníamos pocas obligaciones y ahora que tenemos tantas cosas que hacer el día se acorta considerablemente. A mi me encanta que los días vuelen, siempre y cuando no estemos en el mes de Julio.
Siempre quiero que sea verano y todo el tiempo estoy esperando con ansías locas que lleguen las vacaciones, pero el resto del año quisiera que los días duraran 48 horas y el año tuviera 24 meses para poder hacer un montón de cosas que tengo en mi lista de pendientes.
El título de la lista dice así:
Cosas que quiero hacer antes de checar tarjeta por última vez
Bueeeeeno la lista es tan larga que ya tiene subdivisiones en las divisiones, en este post les voy a compartir las que van de mano porque son las que tienen más antigüedad.
Hay cosas que:
- Quiero hacer pero siento que ya pasó el momento.
- Quiero hacer pero no puedo porque algo me lo impide.
- Quiero pero me dan miedo.
- Quiero pero no sé cómo hacerlas.
Quiero pero siento que ya pasó el momento. ¿Por qué? No sé…Hay tantas cosas que no me he atrevido a hacer que creo que lo que me queda de vida no me va a alcanzar para llevarlas a cabo.
Y la verdad no es porque me piense morir mañana si no que a veces me pongo a analizarlas detenidamente y llego a la conclusión que si a mis cincuenta años no he encontrado el valor suficiente para hacerlas, ya no lo voy a encontrar jamás.
Aquí les van algunas cosas que no me atrevo a hacer: vestir un LOOK con calcetas al tobillo, usar medias de malla con raya atrás, brassiere negro con blusa blanca semi transparente (amo como se ve), hacerme un tatuaje con tinta blanca, hacerme un piercing en la parte alta de la oreja, y algunas otras cosas que me muero por hacer pero considero que son muy atrevidas transgresoras para una “ñora”.
Que quede asentado en el acta dije: que yo CONSIDERO y no que SON.
Quiero pero no puedo porque algo me lo impide. En esta categoría entran casi todas las cosas que quiero hacer y sólo me falta el dinero para hacerlas, tales como:
Ver la aurora borealis, ir a un safari fotográfico, dormir en una casa ubicada en la copa de un árbol, pernoctar en el hotel de hielo, dormir en el desierto del Sahara o en el de Atacama o en algún desierto, visitar las 10 bibliotecas más grandes del mundo, correr uno que otro maratón en un lugar lejano y exótico, etc.
En esta lista también se hallan todo tipo de experiencias y excentricidades exclusivas de las celebridades millonarias.
Quiero pero tengo miedo. Bueno esta está mas clara que el agua y más confusa que nada. Si quiero, en verdad que si pero el miedo me paraliza. Esas cosas como:
Nadar con el tiburón ballena, subirme a un globo, tirarme de un bungee, tirarme en paracaídas, hacer el recorrido de matacanes y correr la carrera de guachochi por ejemplo.
Son experiencias que me muero por vivir, deseo experimentarlas en carne y hueso.
¡no quiero que me las cuenten!
Y lo peor es que he tenido oportunidad de hacer una que otra pero el miedo me hecho dar vuelta en U.
Quiero pero no sé cómo. Esta categoría debería estar junto con la segunda pero como hoy en día se pueden aprender muchas cosas gratis como leyendo o por medio de videos en internet, no puedo decir que el dinero es lo único que me impide hacerlas:
Quiero hablar francés, portugués, tocar el piano, ser un as con la computadora, saber usar photoshop y muchos otros programas de arriba a abajo.
Todo lo anterior requiere de una inversión monetaria y de algo que no cuesta dinero pero que requiere mucho esfuerzo.
La dedicación.
Aquí el factor determinante no sólo es el poder adquisitivo si no el tiempo. Y como todas sabemos el tiempo es oro.
La disposición y sobre todo el enfoque es algo que necesitamos para poder volver todos y cada uno de nuestros propósitos en algo tan.gib.le.
Así que saca un lápiz, papel y “ACTA NON VERBA” (hechos no palabras) que entre más pronto empecemos a tachar cosas de esa lista, más pronto vamos a terminar.
¿Cuántas cosas tienes en tu lista?
Si te gustó este post compártelo y suscríbete al blog AQUÍ
Fotografía: PEXELS
æ