Tengo muchas amigas que nunca van con un dermatólogo porque “cobran muy caro”, pero siempre compran cremas carísimas para la cara.
Se la pasan probando una marca tras otra, y no se ponen a pensar, que muy probablemente están tirando el dinero.
Porque para empezar primero hay que saber qué es lo que su necesita la piel.
Y es que para mi esto es el equivalente de jugar a ponle la cola al burro o ponle la crema a la cara, hablando de las manchas en la piel.
Es tratar de pegarle a la piñata sin hacer trampa, porque algún día le vas atinar, pero sin duda será después de mucho.
Porque ya sea por el tipo de piel, la edad o las hormonas, todas tenemos necesidades diferentes y una crema maravillosa para mi, puede ser lo peor para ti.
Aparte de que ir a comprar cualquier crema cuando tienes manchas en la piel es como auto medicarse, sólo que un poco menos peligroso, porque el medicamento es untado.
En el peor de los casos no te hará ni bien ni mal, pero ¿Que necesidad hay de experimentar habiendo doctores que se especializan en eso?
Estamos rodeadas de profesionales en la piel, que se actualizan e informan constantemente y por tanto darán en el clavo desde un principio, y no después de tres años.
No entiendo porque no van a la segura viendo a un dermatólogo, que muchas veces desde la primera visita sabrá que te va funcionar y que no.
Además otra cosa valiosísima que te ofrece un pro es aterrizarte, te da un marco de referencia y te advierte cuánto tiempo durará el tratamiento.
Yo tuve melasma (paño) hace veintitres años y recuerdo que mi dermatólogo me explicó tantas cosas:
Primero me tranquilizó y me dijo “Esto se va a borrar, peeeeero, es muy tardado”.
“Esa mancha se va a llevar como un año y medio en borrarse”, así que sobre aviso, no hay engaño… no me impacienté, ni caí en la desesperanza.
Segundo, me informó que era imperativo usar bloqueador durante el día y que si no me ponía bloqueador todos los días, jamás iba a notar una mejoría en las manchas.
Tercero. Que la crema se iba a oxidar e iba a cambiar de color y que yo no debía preocuparme y podía seguírmela poniendo como si nada. Créanme que yo la hubiera tirado varias veces, de no haber sabido esto.
Cuarto. Que el tiempo máximo que podía usar esa crema era un año y medio debido a que la fórmula exfoliaba y el cutis se me iba a resecar demasiado si la usaba más tiempo.
Por todo esto cuando salí de su consultorio tenía el poder que da el conocimiento, y no el signo de interrogación en la frente, que tenemos cuando compramos algo en una tienda común y corriente.
Sabía entre otras cosas, que necesitaba tener mucha paciencia y constancia para aplicarme noche tras noche esa crema despigmentante.
Y así lo hice, tal cual me lo dijo mi doctor, y logré quitarme esas manchas de la frente que parecían dos mapas mundiales.
En cambio si hubiera comprado una crema para las manchas sin consultar con un dermátologo, la cosa hubiera sido masomenos así.
Primero. Me hubiera desesperado y hubiera cambiado de marca mil veces.
Segundo. Jamás me habría enterado de la necesidad imperativa de usar bloqueador a diario si quieres que una mancha desaparezca.
Tercero. Hubiera terminado por decir que NI UNA crema despigmentante sirve.
Cuarto. No tendría el buen hábito de usar bloqueador los 365 días del año que sin duda ha ayudado a que yo no tengas más manchas en el rostro.
Por estas razones y muchas otras hay que preguntarle al que sabe.
Pues aunque no lo creas, yo también aprendí a la mala y gasté fortunas tratándome (solita) el acné.
Claro que después de varios años me harté de no ver mejoría y fui con un dermatólogo que me solucionó el problema en tres tristes meses.
Resulta que yo traía un desbalance hormonal y obviamente, las cremas que me untaba, jamás me iban a componer las hormonas. ¡Arghhhh que coraje mbe!
También dejé de gastar dinero en cremas de día porque mi dermatólogo hace años me recomendó usar solo bloqueador.
Recuerdo que me dijo ” Las cremas de día sirven solo para hacer negocio, porque lo que envejece la piel es el sol, y lo único que ocupas durante el día es bloquear los rayos UV “.
Otra cosa que tampoco hago es ponerme perfume en el cuello, porque gracias mi doctor sé que el alcohol reseca y envejece la piel.
Así es que ahorita que estamos entrando a la menopausia y todas traemos un desgarriate hormonal, deberíamos de traer de moda al ginecólogo y al dermatólogo.
Porque parece adrede, pero todo ese descontrol se nota más en el cutis, el pelo y las uñas…es la típica Ley de Murphy... ¿A ver? ¿Por qué no se me secan los talones en lugar de los ojos?
Por esto último hay que considerar darle una vueltecita a estos dos profesionales mínimo cada dos años, para que nos den coaching y dejemos de andar a tontas y a locas.
A estas alturas del partido si gasto dinero quiero que sea en otra cosa y no comprando medicinas, así que es mejor ir a la segura y consultar con un profesional.
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