Hace ya tiempo me di cuenta que los casinos de Monterrey están llenos de mujeres de nuestra edad que están allí desde que amanece hasta que anochece…
Y aunque ciertamente hay señoras maduras que tienen pasatiempos pro activos no son ni de cerca la mayoría.
Dándole vueltas y vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que tal vez no tienen un hobbie porque no lo han hallado y no lo han hallado porque no lo han buscado y no lo han buscado porque:
Cuando éramos niñas probar significaba casarse con el dichoso hobbie...
¡BINGO!
Empezar algo y no acabarlo (así fuera un mero pasatiempo) era sinónimo de no perseverar en la vida y por ende un defecto abominable.
Y si formas parte de mi generación estoy casi casi segura de que tus papás te aplicaron un correctivo cada vez que dejaste algo a medias.
Debido a este “pequeño detallito” tengo la leve sospecha de que muchas de mis amigas no tienen aficiones y las que tienen, las hallaron hace poco.
Cuando éramos unas pollitas no pudimos buscar y buscar hasta encontrar algo que nos alimentara el espíritu y nos hiciera crecer por dentro y por fuera.
Por eso aun ahora, cuando alguien nos dice “haz lo que te gusta” no sabemos que es lo que nos gusta.
Yo en cuanto tuve algo de libertad financiera empecé a buscarle y ya perdí la cuenta de cuantas cosas he dejado a medias y he arrumbado sin terminar, pero en este post quisiera hablar sólo de los hobbies.
De ese pasatiempo que nos apasiona y que todos necesitamos para conservar la higiene mental y no terminar ahorcando a alguien jajaja.
Siempre he sido muy curiosa, de niña todo me llamaba la atención, quería probar cuanta cosa veía y para dejarlo más claro siempre quise ser ajonjolí de todos los moles.
Yo empecé a correr cuando tenía 21 años y lo sigo haciendo porque me atrapó pero antes y después de eso probé muchas cosas …
Tomé clases de repujado, the Tae Kwon Do, de pintura, ballet, spinning, cerámica y baile.
Y pues que les puedo decir…El Tae era mucho grito, el repujado y la cerámica requerían una paciencia de santa que estoy lejos de tener.
El ballet era too girly para mí, con el spinning nomás no hice match nunca y la pintura y el baile simplemente me desencantaron después de un tiempo.
Y créanme que quisiera escribir que se han quedado a medias pero no sería justo…lo correcto es decir que los dejé a medias porque quise.
La verdad cada vez me siento menos mal por no perseverar, porque ahora cada vez que pruebo algo y al poco tiempo renuncio, me repito que lo bueno fue que me entretuve y me divertí pero sobre todo me decidí a empezar.
Porque empezar es el primer paso para avanzar
Nos han enseñado que dejar las cosas a medias es un pecado imperdonable y la gran ironía es que muchas veces no empezamos nada por miedo a no terminar.
NO voy y pago el gimnasio porque no se si voy a ser constante.
NO tomo clases de Inglés porque no sé si seguiré hasta que logre hablarlo per.fec.ta.men.te.
NO me inscribo a clases de HOT YOGA porque ignoro si me va a gustar.
🙄🙄🙄
Que triste, pero así esta la cosa con nuestra generación y no es culpa nuestra, eso nos enseñaron y nos guste o no lo traemos grabado en el disco duro .
Cuando éramos niñas pagamos caro el haber pedido a gritos entrar al karate, gimnasia, ballet, canto, pintura y después haber decidido que no nos gustaba.
Perdimos credibilidad ante nuestros padres y nos vetaron el derecho a probar.
Otras tenían muchos hermanos y no se podían dar el lujo de andarse inscribiendo en cuanta clase existiera o les llamar la atención.
Y ya sea por una razón u otra ahora ya nos creímos el cuento, unas no sabemos y otras no podemos dar marcha atrás.
Lo que nuestros padres nunca nos dijeron es que es imposible adivinar.
¿Cómo saber si algo nos iba a gustar antes de probar, ¡cómo!?
¿Quién decidió que no podíamos cambiar de idea?
¿Cuál era la prisa por encontrar algo que nos apasionara?
¿Había otra cosa mejor que hacer que invertir el tiempo en conocernos?
Todas estas preguntas que no te podías hacer de niña(o) te las puedes hacer hoy…
Hoy que ya no dependes de nadie y que eres más autónoma que la UANL decide que quieres hacer y hazlo.
Pruébalo todo y si no te gusta aviéntalo… trata con otra cosa…no pasa nada porque ya no están tus papás para regañarte, obligarte a seguir a la fuerza o decirte que no porque ese deporte “es de hombres”.
Tener que desquitar el violín, la raqueta o el uniforme de Tae Kwon Do son cosas que quedaron en el pasado.
Hoy tu puedes hacer y deshacer porque tienes recursos propios y el poder de decisión es una de las maravillas que trae consigo la madurez.
Imagínate patinando en fundidora, montando a caballo, jugando tenis, graffiteando un cuadro…
Remando en la presa de la boca, trabajando en un albergue para perros maltratados, abriendo una ONG para cuidar hijos de madres solteras que no pueden pagar una nanny…
Creando grupos de apoyo para personas con enfermedades crónicas, juntando señoras para caminar en un mall, bailando hip-hop en tacones o ya de plano probando algo diferente un día por semana en lugar de hacer lo MISMO SIEMPRE.
Vamos a aprovechar todo ese tiempo libre que nos llegó con la edad y encontremos ese hobbie que nos está haciendo falta ahora que tenemos tiempo de sobra…
Practiquemos ese pasatiempo que nos permitirá sentirnos plenas, que hará que dejemos de extrañar a los hijos que ya se fueron, que hará que las horas vuelen y que muy seguramente nos está esperando y recuerda…
EMPEZAR no es sinónimo de ACABAR es sinónimo de AVANZAR
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